El Metro de Santo Domingo

El Metro de Santo Domingo

JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ ROJAS
En los últimos días he escuchado opiniones contrarias a la construcciónde un sistema de transporte subterráneo (Metro) por personas que admitennunca han utilizado este tipo de traslación por no haber visitado en elexterior una ciudad que tuviese esta técnica para movilizar a losviandantes. En mi caso, puedo afirmar que viví más de diecisiete años en diferentes ciudades, sea con subway (Canadá, EE.UU.,), metro (España, Francia, Alemania), o underground (Reino Unido), por tanto, conozco las bonanzas y comodidades que disfrutan los que para llegar pronto a un destinodeterminado, utilizan este tipo de transporte.

El progreso siempre ha sido objeto de suspicacia o de oposición. El temor al fracaso obliga a las personas mediocres a enfrentar todo lo que se salga del statu quo. Sin embargo, los visionarios, aquellos que creen en el futuro del país o en la evolución del ser humano, buscan la manera de hacer más llevadera este corto tránsito por la vida.

De ser cierto el costo estimado para la primera línea de ocho kilómetros (Puerto Isabela-UASD), saldría casi en una tercera parte de los préstamos denominados «bonos soberanos» que nadie ha visto ni se ha enterado en cuales obras se invirtieron, o igual al plan de financiamiento que propició el cambio de vehículos chatarras que operaban en el «concho» (pollitos y garzas). La distribución de estos fondos  ha generado escándalos mayúsculos por la corrupción rampante que ha suscitado la última distribución de unidades en el plan  denominado Renove, proyecto que en lugar de contribuir a un mejor ordenamiento del tránsito, ha incrementado el caos en nuestras calles, avenidas y carreteras.

La gran ventaja del Metro sería que el transporte sería masivo, más rápido y más seguro.  Además, en la superficie aceleraría el tránsito vehicular con la eliminación de ese engendro al cual llaman «concho» y que no es más que una retranca por las múltiples paradas que realizan, entorpeciendo el flujo de vehículos y acomodando las exigencias de los usuarios, que irrespetan las señales de tránsito. Debería el Estado emprender un estudio serio para cuantificar cuanto gastan todos los carros del servicio público, y los autobuses del plan Renove y sus similares.

Además, el grado de contaminación de los vehículos que utilizan gasolina y diesel, así como, la economía que significa para las amas de casas, la no utilización del gas propano como medio de locomoción. Todo esto, sin tomar en cuenta los taponamientos en la circulación ni los accidentes que provocan. El único alegato a favor de los autobuses es que aseguran una mayor empleomanía (conductor + cobrador), pero también estos podrían ser entrenados para trabajar en el Metro. 

Hemos oído voces que afirman que el tráfico más pesado está localizado en la avenida 27 de Febrero. Al parecer, estas personas no han circulado entre 6:30 a 8:00 A.M. en dirección Norte-Sur en donde el puente sobre el río Isabela debe ser habilitado para tres carriles.  Lo contrario ocurre de 5:30 a 7:30 P.M. en dirección Sur-Norte en donde el mismo puente es desbordado por los que viajan hacia Villa Mella, La Victoria, Yamasá y otras comunidades aledañas. Es más, nos atrevemos a señalar, que la primera ruta del sistema para que tenga una  verdadera utilidad sería, Parque de Villa Mella-Jacobo Majluta, Entrada los Guarícanos, Entrada Sabana Perdida y un puente sobre el río Isabela.  Todo este trayecto sería por debajo de la avenida Hermanas Mirabal.

En la primera línea del Metro, si se calcula cuantos pasajes, según tienen acortadas las rutas los chóferes del «concho», se paga desde La Isabela a la UASD, aproximadamente RD$65.00 la ida, con la molestia de tener que cambiar de vehículo, los tapones y estar apretujado a veces con cuerpos sudorosos y no bien olorosos. Además, la incomodidad que significa sentar cuatro y hasta cinco pasajeros en asientos para tres. Entonces, cualquier usuario pagaría con agrado entre 10 y 15 pesos para montarse en el Metro para, llegar fresco y sin temor a ser asaltado por malandrines que se confabulan con el conductor del vehículo para cometer atracos y violaciones.

Para una persona que paga RD$130.00 al día de su sueldo, economizarse alrededor de RD$100.00 diarios equivale a un virtual aumento de sueldo de aproximadamente RD$2,000.00 al mes, siendo muy conservadores.

Es lógico, que tanto los sindicalistas como los chóferes del servicio público estén en contra porque acabaría con unos privilegios que en otros países no se le conceden. Los vehículos públicos deberían pagar una suma mayor por concepto de matrícula y placas, ya que ellos obtienen utilidades pecuniarias por el uso del vehículo, cosa que no sucede con el privado.

Para los que argumentan que Santo Domingo no es lo suficiente amplia para la construcción de un metro, le recordaremos que en América, San Juan es más pequeño, lo mismo que en Europa también lo es Lisboa. En la tierra del arquitecto Bofil, ciudades dos veces menores como Granada y Málaga, empezaron la construcción de su metro y ¿Porque allá no sugiere una isla frente a Torremolinos para ver si sale vivo de la aventura?

El entrometido representante del Fondo Monetario Internacional, señor Ousmane Mandeng debería inscribirse en una escuela  diplomática. Nuestra Cancillería ha sido muy benevolente con una serie de «personajes» que en su condición de diplomáticos creen que tienen licencia para opinar en los asuntos internos de nuestro país. En otras naciones los hubiesen amonestados o declarados personas non gratas. Si el quiere saber lo que es ese endriago denominado F.M.I. en el cual labora, que se lea las obras «Why

Globalization Works» de Martin Wolf, o «The Globalization Gap» de Robert A. Isaak, quienes demuestran como los países prósperos se vuelven más ricos mientras los pobres se convierten en paupérrimos.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas