El metro: si será como dicen… ¡vale la pena!

El metro: si será como dicen… ¡vale la pena!

REGINALDO ATANAY
NUEVA YORK.
– Uno de los temas principales que están sueltos entre la opinión pública dominicana, en estos días, es la decisión que ha hecho el gobierno nacional, de construir el metro  en la ciudad de Santo Domingo para, dicen, descongestionar el tránsito citadino, y al mismo tiempo que alcance, la ciudad capital, mayores niveles de modernidad.

Esa construcción costará un montón de millones de dólares. Así pues, cuando oímos hablar de eso por primera vez, consideramos que ese propósito era una locura; que debía tomarse en cuenta primero las grandes necesidades del país en los sectores de salud y educación, y dejarse de esas «comparonerías»… «a estas alturas del juego», como suelen decir los fanáticos del béisbol.

De inmediato nos vino a la mente el paso de peatones que ensamblaron, no hace mucho tiempo, en la  avenida Máximo Gómez, justo al frente de donde está enclavado el Hotel Lina. Esa construcción, la del paso de peatones, nos ha parecido innecesaria; la hemos observado más de una vez, y con detenimiento, pues en nuestras periódicas visitas a Santo Domingo, solemos ir, más de una vez, al bar del Lina, a darnos un trago (o más, dependiendo del ambiente) y a observar si va uno que otro amigo.         

Por aquel paso de peatones, pasa poquísima gente; y es que muchos creen que subiendo a aquel andamio pierden tiempo, por eso se arriesgan a  cruzar la calle «a mano pelá» con el riesgo de que se los lleve de encuentro un carro del «concho»,  u otro vehículo. O una motocicleta.

En esa visita al Lina, hemos extrañado, ya muchas veces, la presencia del doctor Jorge Tena Reyes, quien es un asiduo visitante de aquel lugar. Jorge, es un cultor de la cultura, y su trabajo en ese afán ha aportado beneficios a la educación criolla.

Tena solía acomodarse en una esquina la barra, a conversar con amigos de distintos temas. Y el periodista Ramón Colombo, parodiando a una cafetería famosa que hay en Miami, y también en Santo Domingo, llamada «La Esquina de Tejas», le puso al sitio aquel en donde Jorge se acomoda a pontificar, «La Esquina de Tena». (Ojalá poder tener el placer de saludar  Jorge, este marzo, durante nuestra estadía en  «Dominicana: el país del amor eterno», como lo bautizó el querido amigo ya ido al otro lado de la vida, Ramón Rafael Casado Soler)

Volviendo al metro (porque como ven, nos salimos de ese vehículo sin aún estar hecho), vale la pena que se construya. Y que cuando se construya, tenga un buen servicio de mantenimiento; que en eso de mantenimiento, adolecen varias obras públicas quisqueyanas, por lo que al rato de ser construidas, comienzan a desmoronarse.

Y conviene lo del metro, para agilizar y adecentar el transporte público, y también, ahorrar en gastos de transportación para la mayoría de los ciudadanos cuyos ingresos económicos son exiguos. Además, tal construcción, le dará a Santo Domingo un toque de modernidad, que es lo que reclaman los tiempos.

A Joaquín Balaguer, el autor de Mi Tebaida Lírica, y ex presidente de la República, «le cayeron los palitos», en eso de críticas mordaces, cuando «inventó» la construcción de la avenida 27 de Febrero. El estadista, a quien muchos calificaron de «chapado a la antigua», tuvo una visión esplendorosa, al concebir dicha construcción. Y mire usted la importancia de hoy día que tiene esa avenida.

Decíamos al principio, que no estábamos de acuerdo con el metro, al pensar que habría que sacar fondos del bolsillo público para esa construcción, pero al saber que esos cheles saldrán de otra alcancía, y que no perjudicará a la economía criolla… levantamos nuestra diestra, en señal de aprobación.

MEDITACIÓN

Para la meditación de hoy: Ten en cuenta, lo que eres. Eres y serás, lo que creas en la profundidad de tu consciencia. Estás hecho a imagen y semejanza de Lo Alto, y con potestad de ejercer tu derecho divino de creación. Puedes crear, con tu mente; con tu corazón… con tu espíritu. Todo depende de tu grado evolutivo, y de tu intención hacia ti mismo, los demás y el ambiente que te circunda. Por eso es que anda suelto el dicho aquel de que tú eres lo que piensas. Así pues, ¡piensa bien! Para ti, y para los demás.

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