El Metro y el cólera, dos realidades en un mismo espacio

El Metro y el cólera, dos realidades en un mismo espacio

El informe de Desarrollo Humano 2008 plantea abiertamente el bajo desarrollo humano de la sociedad dominicana que se explica en “un estilo de crecimiento económico y un ordenamiento institucional sin una visión de desarrollo humano que ha ido generando exclusión social, clientelismo o negación de derechos, es decir creando riqueza reproduciendo miseria”. (PNUD-ODH, 2008 pp. 34).

Esta última frase del informe expresa claramente lo que está viviendo la población dominicana hoy en una misma ciudad, Santo Domingo.

 En ella se concentran grandes desigualdades, la opulencia y la inversión cuantiosa en obras de infraestructura física no prioritarias para el desarrollo humano como el Metro y el sufrimiento de una gran cantidad de personas que viven en la miseria y en las más dramáticas precariedades donde se expande el cólera. Desde las ventanas del Metro se pueden observar algunas escenas.

El Senado aprobó recientemente los préstamos para la asignación de 251 millones de euros para la construcción de la segunda línea del Metro. Sin embargo, las cañadas de los barrios de Santo Domingo y de todas las provincias del país están inundadas de aguas negras con altos focos de contaminación de cólera, el 66% de la población dominicana (PNUD 2008) vive cerca de una fuente de contaminación ambiental.

A esto se le agregan las precariedades sanitarias en que viven las familias que residen en barrios marginados y comunidades en todo el país a orillas de ríos y cañadas, sin acceso a agua potable, ni a sanitarios o con precarias letrinas.

¿Con esta inversión en el Metro cuántos problemas de saneamiento ambiental, de disposición de servicios, agua potable, disposición de excretas, acceso a servicios sanitarios podrían resolverse en todo el país?

Hoy tenemos más de 22 barrios con cólera y se va extendiendo la enfermedad a todo el país. Este no es un problema prioritario, la salud y el saneamiento no lo son. La inversión económica en esta área así lo delata. La expansión del cólera es el efecto de la ausencia de políticas efectivas de erradicación de la pobreza y con ello la falta de voluntad política para intervenir a favor del desarrollo humano. La pobreza se puede ocultar con estadísticas, muros y elevados, las epidemias resultantes, no.

Es obvio que la muerte y el padecimiento del cólera así como del dengue y otras epidemias se olvidan con el tiempo y no quedan en la historia, los muertos no hablan. Con el Metro sucede todo lo contrario, es una obra que no ofrece salud ni disminuye la pobreza, pero queda por su presencia física en la historia y eso es mucho más importante.

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