El miedo, el dolor y la ansiedad en el paciente odontológico

El miedo, el dolor y la ansiedad en el paciente odontológico

Julio Ravelo Astacio

Por Julio Ravelo Astacio

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El miedo odontológico existe, no lo olvidemos. El primer paso en su manejo debe ser reconocer su presencia. Los miembros del equipo odontológico o médico deben estar alertas a indicios que pueden significar la presencia de un nivel alto de ansiedad en sus pacientes.

El ignorar la presencia de este provoca muchas respuestas negativas en el paciente.

Una de las más comunes es la respuesta al umbral doloroso debido al aumento de la ansiedad.

El dolor y la ansiedad están relacionados en círculo vicioso. El dolor es una fuente de ansiedad; la ansiedad es un factor que aumenta el dolor y, más dolor incita a su vez a más ansiedad. Obviar los miedos y ansiedades aumentan la frustración y el estrés del odontólogo y su equipo, incrementa la posibilidad de que el paciente desarrolle situaciones de emergencia relacionadas al estrés.

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Pasar desapercibido el miedo del paciente a la atención odontológica no hará que el mismo desaparezca. Ignorar sus miedos al tratamiento odontológico podría hacer que el paciente no regrese a la consulta.

Los que ejercen hoy la odontología y la medicina tienen a su disposición numerosas técnicas que son bastante efectivas en el manejo de los miedos y las ansiedades del paciente. Muchas de estas incluyen la administración de medicamentos para lograr el objetivo deseado, mientras que otras pueden resultar efectivas sin la administración de estos.

La anestesia: en 1840 Horace Wells (dentista), y William Morton (dentista y médico) iniciaron el uso de sustancias con fines de disminuir o eliminar el dolor. Wells utilizó el óxido nitroso y Morton el éter. Nuevos horizontes se abrieron al ejercicio de la medicina y la odontología desde aquel memorable acontecimiento.

Los beneficios son evidentes: menos sufrimientos a los pacientes, mayor seguridad para el profesional al realizar su labor, menores posibilidades de traumatismo o lesiones secundarias.

La comunicación es la base de la comprensión y el buen entendimiento. Siendo efectiva puede hacer que la medicación administrada sea mucho más eficaz. La importancia de ella entre el Dr. y su paciente nunca será del todo valorada. La comunicación preparatoria está dirigida a minimizar o eliminar el miedo, que es una de las fuentes de temores más fuertes.

En el área odontológica, los pacientes tienen muchos temores que se basan en el rumor público. Por ejemplo, ¿qué significa para un paciente un tratamiento de canales? Ha escuchado los rumores del dolor que se siente, de las molestias y llega a la consulta lleno de miedo, “le van a sacar el nervio del diente y esto le producir dolor”.

Por ello es conveniente que el odontólogo invierta algunos minutos antes de iniciar la endodoncia, describiendo el tratamiento o usando algunas ilustraciones que permitan calmar el miedo de su paciente. Luego de la explicación, este se sentirá más calmado, comprenderá que la intervención será menos traumática. Estos pocos minutos son muy útiles para disminuir su ansiedad.

Nunca podremos valorar en su justa dimensión el poder de la palabra, sabemos que es enorme. Mediante la palabra: ha llegado la paz, la libertad, desatado guerras, iniciado conflictos, conquistado corazones, roto ilusiones, creadas esperanzas, alivio al dolor, consuelo al desconsuelo.

Para el profesional de la salud esta es un arma poderosa para contribuir con el bienestar y la recuperación de sus pacientes, cuando de ella se hace buen uso. En caso contrario, puede ser causante de graves daños y producir iatrogenia.

El odontólogo debe conocer cada vez más las patologías médicas que pueden tener repercusión a nivel bucal.

Algunos rasgos deseados en el odontólogo moderno: que sea capaz, actualizado, estable, sereno, discreto, respetuoso, amable, diligente, preocupado por dar buenas atenciones a su paciente, correcto, ordenado, atento a su higiene y limpieza.

En los nuevos tiempos es difícil no incluir una visita para chequeo a su odontólogo.

Hágalo como parte de su rutina anual. Una buena salud bucodental es parte importante de su salud general. Por suerte, una mayoría de la población así lo ha comprendido y, vemos con satisfacción a muchos conciudadanos mostrando una bella y saludable sonrisa. Extienda a sus hijos y familiares esta sugerencia para bien de todos. ¡Fortalezcamos nuestra salud bucal!