El miedo y la democracia

El miedo y la democracia

En esta misma columna, en marzo de 2013, publicamos tres artículos “Importancia del Estudio de la Historia”, en los cuales señalamos la necesidad de hacer llegar hasta nuestra juventud el estudio profundo de nuestra historia y de la historia universal, si queríamos evitar el miedo a la democracia, que muchos dominicanos vienen observando tradicionalmente y ha sido el origen de nuestras vergonzosas dictaduras. Parece que nuestro pueblo no sabe que “la democracia es un esquema convencional de imágenes que recubren apenas el objetivo de la dominación, para lo cual la democracia no es más que una coartada.” Es que más tarde o más temprano Democracia y Poder se manifiestan como irreductibles. Por eso hemos pasado de ser avasallados por Haití y ocupados por España y Estados Unidos, por lo cual el hilo conductor de ese panorama histórico lo ha mantenido el ejercicio del Poder. (No fundamentalmente político) como parte de la mentira dentro de la cual hemos existido. ¿Quién como ciudadano honesto puede creer, ante lo que actualmente estamos viviendo, que la democracia es una palabra redentora? Nadie.

Es por eso que existe el miedo del dominicano a poner en práctica la democracia, porque sabe que ésta es una corrupción sigilosa convenientemente disfrazada de principios morales bien establecidos.

Nada más angustioso como la falla de alternativa honorable para la democracia. Porque nunca hay un más allá, como existe en las dictaduras, porque en éstas existen por lo menos la esperanza y en las viejas sociedades o en las nuevas siempre alimentan un espíritu o mejor dicho un instinto suicida. Si no creen esto último, recuerden la inmolación de nuestra juventud frente a la tiranía trujillista. Por eso tengo el anhelo y la esperanza de que el pueblo dominicano pierda el miedo totalmente, sea político, social o financiero.

 

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