El milagro de la salud pública

El milagro de la salud pública

Uno de los temas fundamentales que nos afectan día sí y otro también, son las enfermedades erradicadas en el pasado, que resurgen sin que nadie indague la razón y nos afectan otras nuevas.

¿Alcanza el presupuesto de Salud Pública para nosotros y sumar los haitianos? Esa millonada de haitianos que están aquí y los que vienen y los que vendrán viene con un baúl lleno de malas prácticas de higiene y una cultura que parece que le teme a la limpieza y la organización.

Ese tema fundamental debe ser atacado de raíz, para que sobrevivamos como sociedad civilizada. Me refiero a lo que tiene que ver con la salud pública, con los problemas que se originan, por ejemplo, en la falta de higiene.

Somos, realmente, sobrevivientes de una guerra permanente que libran microbios, plagas, virus y otros combatientes contra la salud humana. Esa guerra la perdemos día tras día.

En mi infancia vacunaban en las escuelas contra la tifoidea, la tuberculosis y otras enfermedades creo que llamaban tropicales.

Hasta se llegó a declarar el país libre de malaria (paludismo) así como de tuberculosis, poliomielitis y otras enfermedades graves.

En los últimos tiempos vivimos el resurgir del paludismo, la vuelta de la tuberculosis, la entrada del cólera y ahora la chicungunya.

¿De dónde vienen esas enfermedades? Aquí siempre hubo mosquitos y los mosquitos siempre picaron a la gente pero ahora parece como si las mamás mosquitos parieran mosquitos cibernéticos que vuelan de uno a otro continente, entre islas y traspasan las fronteras sin que ningún inspector de sanidad los devuelva en las aduanas o en la frontera.

Estamos cercados por una serie de enfermedades nuevas, algunas cuyo combate es incierto por desconocimiento de medicamentos que puedan ser efectivos, y por enfermedades viejas que retornan evidentemente debido a un manejo inadecuado de las políticas de salud pública.

De nada vale construir, ampliar, adecuar, decorar nuevos y viejos edificios, llamados hospitales o clínicas, donde se almacenan enfermos y se trata superficialmente a personas que buscan recuperar la salud afectada por uno y otro de los problemas que nos acosan.

El primer primero, frase de Jorge Puello Soriano (El Men) es la higiene personal y colectiva que va desde el aseo diario mediante el baño, hasta la recogida y disposición de la basura.

Después, una real y efectiva política de educación que nos conduzca al gran logro que supone no arrojar desperdicios en las calles, vigilar que la basura no sea removida para comer los desperdicios que encuentran en ella.

Emprender una verdadera campaña permanente de prevención que incluya la divulgación de información sobre los problemas que crea el desconocimiento de normas de higiene imprescindibles para la salud personal y colectiva.

Es mucho lo que hay que hacer; comencemos ya.

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