Hay un proverbio popular, usado comúnmente en los pueblos del interior que reza: el que ríe último ríe mejor, y el Lic. Danilo Medina, nacido en el llamado granero del Sur, San Juan de la Maguana, a pocos días de las elecciones, parece ser el principal beneficiario de ese refrán.
Perseverante, prudente, juicioso y con un discurso de propuestas que ha calado en importantes sectores de la sociedad, bajo una consigna de continuar lo que está bien, corregir lo que está mal y hacer lo que nunca se hizo, Danilo Medina está a punto de coronar su sueño de ser Presidente de la República, de acuerdo a los resultados de un conjunto de prestigiosas firmas encuestadoras nacionales y extranjeras.
La historia electoral dominicana, y probablemente la continental, no registra un caso tan insólito y excepcional de un candidato que superado haya una desventaja de casi 20 puntos mediante un repunte espectacular digno de un minucioso y profundo estudio político y social.
Sólo un acontecimiento inusual, que normalmente ocurren cada cien años, o un inusitado vuelco electoral en favor de Hipólito Mejía, como el que se produjo con Antonio Guzmán en 1978, podría cambiar o modificar el curso de este proceso comicial.
Los estrategas de Hipólito han estado buscando un golpe de efecto, pero Danilo Medina, cuya naturaleza es la de un líder político cauto y cuidadoso que no comete errores y que hace las jugadas de rutina, ha consolidado su posición electoral, ayudado enormemente por Leonel Fernández y su candidata vicepresidencial Margarita Cedeño de Fernández, y lo que parecería un milagro, una quimera y una utopía se ha convertido en una realidad.