El Ministerio de Educación y el 4% del PBI

El Ministerio de Educación y el 4% del PBI

La escuela dominicana es predominantemente pública. Sólo una minoría de niños y de adolescentes  – utilizamos la palabra niños en su aceptación genérica- cursa estudios en colegios privados. Aunque no son muchas, disponemos de escuelas públicas que ofrecen enseñanzas de la misma calidad que las ofrecidas en entidades privadas de altos estándares. Todo es cuestión de estadística. Donde hay más, hay más de lo bueno y más de lo malo. Pero, lamentablemente, en el imaginario de muchas gentes de aquí, colegio privado es sinónimo de excelencia y escuela pública de desastre.

El Sistema Dominicano de Instrucción Pública no funciona tan bien como debía; pero, no tan mal como muchos piensan.

El progresivo control de parte de los Estados en materia de instrucción pública se remonta a los inicios del Siglo XVIII con la Ilustración y se intensifica durante los Siglos XIX y XX. Ello explica la creciente intervención de los poderes públicos en las actividades de formación de los ciudadanos y en la regulación de los servicios de educación provistos por el sector privado.

En nuestro país, el control estatal sobre las actividades de los colegios privados está consagrado en leyes que rigen en la materia, como la 86-00 que faculta al Ministerio de Educación a fijar y regular las tarifas de los colegios privados. Todavía más: Aquí, no existen dos sistemas de enseñanza sino uno sólo, a través del cual se controla las actividades tanto de las escuelas públicas como las de los colegios privados.

Esto lo traemos a colación a propósito de los vitriólicos comentarios de ciertas personalidades en relación con lo que ellos esperan de la ejecución del presupuesto del Ministerio de Educación del 2013, ascendente a la suma de  los 99 mil millones de pesos; suma ésta equivalente al 4.6% del PBI. Esos caballeros  entienden que las autoridades del Ministerio de Educación no están preparadas para ejecutar un presupuesto que duplica al ejecutado  este año a punto de finalizar. Es su deseo constituirse en una especie de comisión ad-hoc que sustituya  a los funcionarios del Ministerio de Educación en labores de administración, ejecución,  control del desempeño, y ejecución de presupuestos.

Somos de opinión que el Ministerio de Educación está preparado para ejecutar como Dios manda el presupuesto que se le asignó. Que sus expertos y técnicos están capacitados para emprender una campaña de alfabetización de adultos; mejorar las condiciones de vida y de trabajo de los servidores de esa dependencia; darle continuación al proyecto de jornada extendida; proyectar la construcción de miles de aulas y para otras tareas tan importantes como las citadas.

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