Emely Tueni 
Durante toda su polémica carrera para llegar a la Casa Blanca, una de las características de la extraña personalidad de Donald Trump, que motiva más rechazo, es su faceta de misógino, la misma que ha mostrado muchos años antes de ocurrírsele apetecer ser presidente de Estados Unidos.
Trump tiene una personalidad arrolladora, odiada por millones de personas, pero a la vez admirada, como lo demuestran los votos que le han llevado prácticamente a la recta final por la primera magistratura del imperio actual del mundo.
Este hombre, a quien particularmente encuentro sumamente desagradable en sus discursos llenos de malas intenciones que suenan a racismo, intolerancia y muchos otros calificativos negativos, también ha mostrado un lado oscuro hacia las mujeres que encaja perfectamente en el perfil psicológico de la misoginia, es decir, aquellos hombres que odian en su interior a las mujeres, ya sea porque les temen, por prejuicios sexuales u otros asuntos.
Esa faceta de su personalidad la mostró ampliamente durante el reinado de la Miss Universo venezolana Alicia Machado en 1996, hace 20 años, cuando la humillaba públicamente por haber subido de peso, producto de la misma presión que ejerce ser la reina de un concurso. En una ocasión, cuando la Machado comunicó al Miss Universo que tenía unas cuantas libras de más y que necesitaba ayuda, Donald Trump, sin Alicia saberlo, le armó una rueda de prensa con casi un centenar de periodistas para poner en evidencia su sobrepeso, situación que posteriormente llevó a la Machado a caer en la anorexia y bulimia, con ánimo decaído posiblemente al borde de una depresión.
La propia Alicia Machado lleva años contando su historia, manifestando que Trump, quien la llamaba “Señorita Cerda”, “Señorita Trabajadora Doméstica”, no es buena persona. Ha insultado a mujeres a quienes ha despreciado, entre ellas a Hillary Clinton, habla de las féminas denigrándolas, principalmente cuando se refiere al periodo menstrual, destacando que las mujeres sangran, como insinuando que por ello están en baja categoría humana en relación con los hombres.
