El Movimiento Renovador Universitario

<p>El Movimiento Renovador Universitario</p>

JESÚS DE LA ROSA
Refiriéndose a la calidad de la enseñanza secundaria en tiempos de la dictadura trujillista, el escritor Marcio Veloz Maggiolo expresó: «El Liceo Presidente Trujillo era un hervidero de ignorantes. Los programas de estudio de la dictadura eran relativamente buenos, pero el cerco a la información y el temor de sobrepasar los límites de las conversaciones, hacían imposible que todos desarrollaran la curiosidad necesaria para ver más allá de sus narices».

Lo expresado por el destacado escritor en una de sus novelas también resultaba válido para la enseñanza universitaria en la llamada «Era de Trujillo». En tiempos de la dictadura, la mayoría de los catedráticos de la Universidad de Santo Domingo formaban parte de una especie de cofradía de ilustrados al servicio de Trujillo.

Después del 30 de mayo de 1961, las autoridades de la Universidad estatal, creyéndose que eran herederos legítimos de la dictadura, pretendieron que la vieja casa de estudio continuara funcionando con la misma estructura; procuraron que sus planes de estudios continuaran vigentes; y que esa cuatricentenaria institución siguiera siendo regida por el mismo estatuto y los mismos reglamentos.

La lucha de los grupos estudiantiles y de intelectuales venidos del exilio contra los clanes de catedráticos trujillistas, provocaron serios enfrentamientos. Casi todos los días en la Universidad se escenificaban desórdenes; la docencia se interrumpía con frecuencia; las autoridades se revelaban incapaces de mantener el orden; y todo hacía pensar que no había otra salida que no fuera el cierre temporal o definitivo de la cuatricentenaria Casa de estudios.

Recién terminada la Guerra de Abril de 1965, el 4 de septiembre de ese mismo año, una asamblea, integrada por catedráticos, estudiantes y empleados de la Universidad Autónoma de Santo Domingo decidió deponer al Rector José Ramón Báez y a las demás autoridades de esa Alta Casa de estudios, acusándolos de colaborar con los interventores yanquis. Inmediatamente después, dicha junta procedió a instalar un nuevo Consejo Universitario bajo la presidencia provisional del doctor Julio César Castaños Espaillat.

Tras lograr, el 28 de febrero de 1966, su reconocimiento de parte del Gobierno Provisional del doctor Héctor García Godoy, las nuevas autoridades de la universidad estatal, siguiendo las orientaciones del Movimiento Renovador Universitario, orientaron sus esfuerzos a la discusión de un nuevo Estatuto Orgánico.

Después de 17 jornadas de discusiones, el 28 de mayo de 1966, los universitarios uasdianos aprobaron un Estatuto Orgánico en el que quedaron plasmados los principios y las aspiraciones del Movimiento Renovador Universitario. Dentro de las reformas planteadas en la nueva constitución universitaria cabe mencionarse: Redefinir la Universidad como una comunidad de profesores y estudiantes unidos en la tarea de buscar la verdad, proyectar el porvenir de la nación y afianzar los valores del hombre; consolidar y ampliar el conocimiento y mantener la Universidad abierta a toda corriente del pensamiento; difundir los ideales de paz, de respeto, de igualdad de derechos y de reafirmación de los derechos humanos; y el de establecer los criterios que habrían de servir para el cumplimiento de la misión de la Universidad.

Durante ese fructífero período del Movimiento Renovador Universitario, la más vieja institución de educación superior del Nuevo Mundo experimentó grandes transformaciones: La incorporación de representantes estudiantiles a los organismos de gobierno universitario; la creación de las Facultades de Ciencias y de Agronomía y Veterinaria; la reestructuración de las Facultades hasta convertirlas en conjuntos de escuelas, departamentos e institutos interdependientes y vinculados entre sí; la departamentización de las funciones docentes y de investigación; la revisión y modernización de los planes de estudios; la diversificación de la oferta académica, pasando de doce carreras profesionales a más de sesenta; la construcción de numerosos laboratorios; la puesta en práctica de un plan de perfeccionamiento docente que permitió que cientos de profesores alcanzaran grados superiores en universidades extranjeras; la organización de una unidad de estudios pre universitario (Colegio Universitario) con un ciclo de un año de estudios generales obligatorios; y la fundación de centros universitarios regionales.

La política de puertas abiertas, junto a la diversificación de la oferta académica, dio como resultado el aumento del número de profesionales egresados de la Universidad: entre 1930 y 1961, egresaron de la Universidad estatal 6,733 profesionales (casi todos abogados, médicos, ingenieros, farmacéuticos y odontólogos) para un promedio de apenas 217 egresados por año. Entre el año 1966 (inicio del Movimiento Renovador Universitario) y el 2004 han egresado de la UASD 113 mil 444 profesionales (abogados, economistas, biólogos, agrónomos, veterinarios, físicos, químicos, biólogos, y un largo etcétera) para un promedio de casi 3,000 profesionales egresados por año. Tenemos más que decir del Movimiento Renovador Universitario. Lo haremos en una próxima entrega.

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