-1 de 2-
En la década de los años 60 y 70, en la Universidad Autónoma de Santo Domingo se vivió un período de profunda transición, matizado por la radicalización de sus agrupaciones estudiantiles. En la Universidad estatal de esos tiempos se formaron no sólo los intelectuales incondicionales servidores de la dictadura de Trujillo, también los progresistas que favorecieron el desarrollo de ideas renovadoras que culminaron en el derrocamiento de la dictadura e influyeron bastante en la transformación de las estructuras económicas y sociales de la sociedad dominicana.
La autonomía institucional, el fuero y la libertad de cátedra permitieron que la Universidad Primada de América se fuera convirtiendo en “un ámbito destinado al cultivo del conocimiento en su más amplia aceptación, donde la reflexión crítica sobre ese mismo conocimiento, sobre su aplicación social, sobre sí misma, y sobre la sociedad en su conjunto, constituyen las tareas esenciales”.
El Movimiento Renovador Universitario, surgido en el seno de la Revolución de Abril de 1965, produjo una profunda transformación de las arcaicas estructuras académicas y administrativas universitarias y marcó el paso de una enseñanza superior elitista a una enseñanza superior de masa.
En esos años, la Universidad Primada experimentó triunfos y reveses, según los vaivenes de la política criolla y sus desplazamientos pendulares entre gobiernos opresivos y paréntesis semidemocráticos.
En términos generales, el programa del Movimiento Renovador Universitario fue combatido por los sectores más conservadores y alienantes de la sociedad dominicana y por los gobiernos que los representaban. ¿En qué consistió dicho movimiento? En los aspectos políticos, docentes y administrativos de una proclamada autonomía universitaria; en la elección de los cuerpos directivos y de las autoridades universitarias por la propia comunidad de estudiantes y profesores; en la participación de sus elementos constitutivos en sus organismos de gobierno; y, en la selección del profesorado y periodicidad de las cátedras mediante concursos de oposición. Todo ello orientado a la reorganización académica; a la asistencia social a los estudiantes; a la democratización del ingreso a la universidad; a la extensión de los saberes; y a la lucha contra los regímenes dictatoriales. Su acción en el ámbito universitario se centró más que todo en el aspecto de lo que podría llamarse organización jurídica o formal de la Universidad y menos en lo referente a la estructura académica de la misma, la que prácticamente continuó obedeciendo al modelo napoleónico de facultades separadas. En síntesis, la Universidad Autónoma de Santo Domingo después del Movimiento Renovador no fue lo que muchos pensaron que debió ser, pero, al menos, dejó de ser lo que por más de treinta años había venido siendo. ¿Quiénes fueron los principales auspiciadores de ese glorioso movimiento? Los catedráticos Josefina Padilla, Jacobo Moquete, Marcelino Vélez Santana, Hugo Tolentino Dipp, Andrés María Aybar Nicolás, Tirso Mejía Ricart, Rafael Kase Acta; Julio César Castaños Espaillat, los hermanos Andrés y Antonio Avelino García, unidos a los líderes estudiantiles Luis Ibarra Ríos, Cayetano Rodríguez del Parado, los hermanos Antonio y Narciso Isa Conde, Asdrúbal Domínguez, Josefina Lora Iglesias, Amín Abel Hasbún, Virgilio Bello Rosa, Romeo Llinás, Franklin Almeyda, Teobaldo Rodríguez y a muchos otros profesores,