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El 25 de septiembre de 1965, en una asamblea celebrada en el Aula Magna de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, a la cual asistieron profesores, estudiantes y empleados de esa Vieja Casa de Estudios, se llevó a cabo la formal proclamación del Movimiento Renovador Universitario. En esa ocasión, fueron juramentados con carácter provisional y en sustitución de las antiguas autoridades un nuevo Rector, el ingeniero Andrés María Aybar Nicolás, dos Vicerrectores, el doctor Fernando Morbán Laucer y el licenciado Rubén Suro; también, un Secretario general, el doctor Tirso Mejía Ricart, y los Decanos de las diferentes Facultades junto a los representantes estudiantiles y demás integrantes del Consejo Universitario Provisional. En febrero de 1966, esas nuevas autoridades de la Universidad estatal fueron reconocidas por el Gobierno Nacional entonces presidido por el doctor Héctor García Godoy.
Los principales gestores de ese glorioso Movimiento fueron los profesores Andrés María Aybar Nicolás, Julio César Castaños Espaillat, Rafael Kasse Acta, Hugo Tolentino Dipp, Marcio Veloz Maggiolo, Roques Adames Ovalle, Alberto Malagón, los hermanos Tirso y Marcio Mejía Ricart, los hermanos Andrés y Francisco Avelino García, Jacobo Moquete, Carlos Temístocles Roa, los estudiantes Amín Abel Hasbún. Franklin Almeyda, Teobaldo Rodríguez, Guaroa Ubiñas, Asdrúbal Domínguez, Virgilio Bello Rosa, Romeo Llinás, y otros de tantos méritos como esos que mencionamos.
Como lo expresara el doctor Jacobo Moquete en su libro “El Movimiento Renovador Universitario” publicado en el año 2015 por la Editora Universitaria, desde el momento de la toma de posesión, las nuevas autoridades de la UASD surgidas del Movimiento Renovador encabezaron un proceso de reincorporación e incorporación de funcionarios, empleados y estudiantes a sus respectivas labores; hecho éste que fue impulsado por el gran interés que mostraban todos y todas en el reinicio de las labores docentes y administrativas de la UASD interrumpidas desde el estallido de la Revolución de Abril de 1965.
Guiándonos por las enumeraciones de las conquistas del Movimiento Renovador ya expresadas por Tirso Mejía Ricart, Jacobo Moquete y otros autores, podemos listarlas de la manera siguiente: a) la participación efectiva de todos los sectores universitarios en el gobierno de la Universidad; b) el carácter electivo de las autoridades; c) la obtención y mantenimiento de la autonomía y del fuero universitario; d) dar acceso a la Universidad a las personas provenientes de los extractos sociales de menos recursos; e) eliminación del carácter vitalicio de las posiciones profesorales; f) formación de profesionales con mentalidad crítica que sean los futuros líderes de una sociedad más justa y solidaria; y g) creación de los centros universitarios regionales entre otras.
Como bien lo expresara el doctor Tirso Mejía Ricart “el Movimiento Renovador de la Universidad Autónoma de Santo Domingo partió de un estado de conciencia colectiva dentro de la familia universitaria, de que era necesario transformar radicalmente las estructuras, normas y procedimientos de la vida universitaria de entonces como único medio de asegurar su existencia y que pudiera cumplir su misión”. El Movimiento Renovador Universitario representa, hasta nuestros días, la iniciativa que más ha contribuido a elevar el perfil de la Universidad Primada de América, teniendo a su favor una aspiración de originalidad e independencia.
Producto de las circunstancias históricas derivadas de la Revolución de Abril de 1965, el Movimiento Renovador Universitario no logró la transformación de la UASD en el grado que muchos deseábamos. Su accionar se centró en el aspecto de la organización jurídica y formal de la Universidad (autonomía, fuero y cogobierno) y no en lo referente a la estructura académica de la misma, la que, en gran parte, continuó, y todavía continúa, obedeciendo al patrón napoleónico de facultades y escuelas separadas.