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La problemática de la Universidad Autónoma de Santo Domingo no puede ser entendida en su verdadera naturaleza y complejidad sin un análisis a fondo de lo que significó para el estudiantado y la intelectualidad dominicana el Movimiento Renovador Universitario de 1965 y su referente la Reforma Universitaria de Córdoba de 1918.
Finalizada la Guerra de Abril de 1965, el Campus de la Universidad Autónoma de Santo Domingo sirvió de escenario de grandes manifestaciones de protesta de parte del estudiantado y del sector democrático del profesorado en contra de la permanencia en el país de tropas militares estadounidenses.
Durante el mes de septiembre de 1965, en el Aula Magna de la UASD se celebraron varias asambleas, en las que la mayoría de los asistentes a las mismas se mostraba dispuesta a deponer las antiguas autoridades y a elegir un Consejo Universitario Provisional. Ese proceso, bautizado con el nombre de Movimiento Renovador Universitario, se afianzó con la elección de nuevas autoridades y la aprobación de un nuevo Estatuto Orgánico contentivo de los fundamentos jurídicos requeridos para la renovación estructural y funcional de la Universidad estatal. Los principales protagonistas de ese glorioso Movimiento pretendieron reformar una UASD encasillada en el pasado y arrastrando en su enseñanza un pesado lastre trujillista. Dicho glorioso Movimiento tuvo, entre otros propósitos, transformar la educación pública post secundaria mediante la aplicación de un plan de acción que le permitiera a la Universidad mejorar la pertinencia y calidad de sus operaciones. Esas ejecuciones se vieron unas veces obstaculizadas e impedidas otras debido a la coexistencia e interacción de diversos factores circunstanciales. Cabe destacarse entre los mismos la lucha ideológica desatada entre los líderes universitarios; la actitud agresiva del gobierno de los doce años del presidente Joaquín Balaguer frente a la Universidad; y el rechazo de parte de las autoridades universitarias de los planes y proyectos de reforma de la educación media propuestos al gobierno dominicano por la llamada Alianza para el Progreso. Otro obstáculo, pendiente aún de superar, fue el incumplimiento de la Ley 5778 sobre Autonomía de parte del gobierno de Balaguer y de los que les sucedieron en lo tocante a la proporción del Presupuesto Nacional que debía destinarse al sostenimiento de la UASD.
Al amparo de las directrices del Movimiento Renovador Universitario se redefinió la Universidad Primada de América como “una comunidad de profesores y estudiantes unidos en la tarea de buscar la verdad, proyectar el porvenir de la sociedad y afianzar los valores del hombre”. También, se fomentaron los ideales de paz, de justicia y de respeto a los derechos humanos; en síntesis, se señalaron las actividades hacia las cuales debían orientarse las labores de una Casa de Altos Estudios.
Entre los egresados de la UASD de esos tiempos se encuentran intelectuales que favorecieron el ingreso y desarrollo de ideas renovadoras. Todo ello permitió que la Universidad Primada se fuera convirtiendo en un ámbito destinado al cultivo del conocimiento en su más amplia aceptación.
La falta de espacio nos obliga a señalar sólo algunas de las grandes conquistas del glorioso Movimiento Renovador: La Reestructuración de las Facultades; Departamentalización de las Funciones Docentes y de Investigación; Revisión y Modernización de Planes y Programas de Estudios.