El mundo asombrado ante caos y anarquía en EEUU

El mundo asombrado ante caos y anarquía en EEUU

LONDRES (AP).- ¿Cómo es posible que ocurra el caos y la anarquía en la nación más poderosa del mundo, sin una respuesta eficaz del mismo gobierno que pretende imponer orden en otros países?

Esa es la pregunta que se hacían muchas personas en distintos lugares del mundo, donde gobiernos diversos -incluso de países pobres- ofrecían ayuda y consejos.

Lo que ha generado más asombro ha sido la falta de planeación contra la tragedia y las imágenes de pobreza, desigualdad racial y caos que salieron de Nueva Orleans.

Muchas personas se preguntan cómo es posible que Estados Unidos quiera ser el policía del mundo cuando es incapaz de proteger a su propio pueblo de desastres naturales o siquiera de restaurar el orden luego de la destrucción.

«Una nación que trata de poner en orden al mundo, en Irak, y que parece incapaz de hacerlo en casa», dijo Pawel Moscicki, estudiante de 23 años en Varsovia.

El diario sueco Aftonbladet comparó las imágenes recibidas desde Nueva Orleans con el mundo apocalíptico de la trilogía fílmica de «Mad Max».

«Soldados aterrorizados con las armas apuntadas contra su pueblo. Esta es la vida después del gran desastre, cuando el gobierno y el sistema judicial, y en esencia toda la sociedad, se han derrumbado. Pero esta no es una película, sino la vaporosa y apestosa realidad», dijo el diario en un editorial.

Fintan O’Toole, en un artículo escrito en el diario The Irish Times, dijo que el desastre reveló «la verdadera naturaleza de un país problemático. Cuando Estados Unidos mira las vastas extensiones de aguas asquerosas y fétidas que cubren Nueva Orleans, ello se convierte en un espejo donde finalmente puede ver las cicatrices en su rostro. Las de la pobreza, el racismo, el fundamentalismo ideológico, la corrupción y la degradación ambiental, normalmente ocultas por medios cosméticos».

Algunos se han preguntado si Estados Unidos se ha dedicado tanto a la guerra contra el terrorismo que se cegó a las cuestiones raciales, de pobreza y capacidad de respuesta a desastres.

Jurek Kuczkiewicz, en un editorial del diario belga Le Soir, destacó que Estados Unidos ha enfrentado «un saldo humano y económico mucho más oneroso que los ataques en el 2001 en Nueva York».

«No sería irracional pensar que la famosa ‘guerra contra el terrorismo’ de pronto parezca algo carente de importancia con respecto a la necesaria guerra contra la pobreza y la desigualdad», indicó.

Otros en cambio han ofrecido su ayuda a Estados Unidos, en reconocimiento a su generosidad en respuesta a desastres naturales en todo el mundo.

El mejor ejemplo podría ser el de Bangladesh, donde millones de pobres que viven en un delta plagado por inundaciones, prometió un millón de dólares para las víctimas del huracán y ofreció la experiencia de especialistas de rescate en zonas inundadas.

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