El paso de la danza de corte con el público alrededor al teatro, con el público delante y más bajo con respecto al escenario, cambia la perspectiva que demanda una nueva técnica.
El efecto principal es el salto, el gran virtuosismo físico que asombra a los espectadores al igual que las cabriolas, piruetas y entrechats; todo ha cambiado, no bastan los pasos y gestos nobles, es necesario hacer más, es volver de alguna manera a la danza de aldea de los primitivos, quien da tres cabriolas mientras los demás dan dos, se convierte en étoile.
Nacen las primeras estrellas de la danza: María Sallé, sobresale por la expresión, el imperativo de su tiempo. Sus ideas renovadoras sirvieron a las reformas futuras de Noverre. Como todo arte la danza evoluciona, Jean Georges Noverre, portador de ideas nuevas, revoluciona el mundo de la danza y es la figura más importante del siglo XVIII.
Se rebeló contra los artificios que dificultaban la danza, especialmente contra las máscaras y creó, el Ballet de Acción, cuyo objetivo principal era la expresión, no la convencional, sino la creadora. Noverre es el nuevo guía, el maestro a quien antes o después todos deben referirse. En su homenaje, el 29 de abril, fecha de su nacimiento, se celebra el Día de la Danza.