El mundo en vigilia por elecciones Estados Unidos

El mundo en vigilia por elecciones Estados Unidos

En nueve días se celebran las elecciones más importante del mundo, no sólo a los votantes estadounidenses les interesa y les afecta el resultado, sino  a cada ser humano que habita en esta roca que gira alrededor del sol. Miles de decisiones importantísimas en cientos de países son postergadas  para después de las elecciones. De hecho, se puede especular que los actores de algunos focos de conflictos están a la espera de los resultados de estas elecciones para planificar sus estrategias y pasar a una nueva fase.

Si el mundo votara en las elecciones,  por cada cuatro votos que Obama recibiría, Romney obtendría uno. Esto lo estimó Gallup internacional en una encuesta que realizó en treinta países este mes. Los países que Obama ganaría más ampliamente son Alemania, Holanda, Islandia, Portugal y Dinamarca, en todos ellos  Obama pasaría del 95%. El único país que Romney ganaría sería Israel con un 54%.

A los estadounidenses en realidad no les preocupa mucho los acontecimientos fuera de su nación,  pero sí la imagen de su Presidente como el líder mundial más importante. El ganador de las elecciones  viene obligado a vender frente al mundo ciertos valores americanos,  como son  la economía de  libre mercado,  los derechos humanos, la seguridad y defensa del país, y nuestra democracia.

Uno de los tres debates entre los candidatos el tema a discutir fue las relaciones internacionales,  que aunque el pueblo no es muy diestro en esos asuntos, a los votantes sí les interesa saber cómo nuestro Presidente nos va a representar frente al mundo.

Si Obama gana un  segundo término, no estará sometido a presiones políticas electorales; por lo tanto,  asuntos  muy relevantes internacionales, podrían ser mejor manejados en el último periodo de gobierno. 

El caso cubano es un buen ejemplo. Obama podría intentar algún acercamiento con esa isla. En cambio, si Romney es el triunfador, imposible; así pues, si gana uno u otro, no es lo mismo para Cuba.

Asimismo, si gana Obama, al belicoso gobernante de Israel, Benjamín Netanyahu,  se le verían aires menos agresivos,  pues el presidente Obama ha actuado como un muro de contención en las pretensiones de Netanyahu de atacar a Irán sin tomar en cuenta lo que piense la comunidad internacional, en especial las Naciones Unidas.

El lunes pasado en el debate, Obama recordó  que en un conflicto estará al lado de Israel y recalcó que está misma semana se inician operaciones y ejercicios navales importantes entre los dos países. O sea, ofrece garantía que Israel estará a salvo, pero no le deja espacio a Netanyahu para iniciar un conflicto con consecuencias que nadie puede predecir. Romney, en cambio, afirma que  no reconocería a los palestinos como nación, lo cual, evidentemente, profundizaría la crisis.

Respecto a China, Romney ha afirmado que el primer día le recordará que están manipulando la moneda del país para tomar ventajas en los precios, lo que podría ser el inicio de una guerra comercial con el principal socio del país. No estaría de más que alguien le recuerde a Romney una frase que pronunció nuestra Secretaria de Relaciones Exteriores, Hillary Clinton,  cuando dijo  hace un tiempo,  “usted, no debe enojarse con su banco”.

Lo que sí está claro es  que las Fuerzas  Armadas de los Estados Unidos,  gane quien gane, van a reforzar esa región del mundo, no sólo por China, sino por los incontrolables que gobiernan Corea del Norte,  que es en realidad uno de los países parias del planeta conducido por un dictador fuera de control.

En nueve días se deciden las elecciones en los Estados Unidos; creo que menos de medio millón de  personas en un puñado de estados serán lo que decidirán quién será el Presidente.  Espero  que la sensatez perdure y no volvamos a elegir a uno parecido al que nos desgobernó a principios de este siglo.

Mi fe, como miembro del Partido Demócrata, está puesta en el voto latino; ellos saben que si no tienen el 40% del voto hispano, no llegan lejos. Las encuestas dicen que sólo alcanzarán 30%. Así pues, el desdén de los republicanos en contra nuestra, les podría costar las elecciones.

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