El mundo está cambiando

El mundo está cambiando

PEDRO GIL ITURBIDES
El desusado pronunciamiento de Jimmy Carter ha roto el tradicional respeto que se guardan los mandatarios estadounidenses. Su artículo en el periódico “Arkansas Democrat Gazette” hizo añicos los esquemas de relación prevalecientes desde antaño. Pero no cabe ninguna duda que tan inusitada crítica sobre el gobierno de uno de sus sucesores, George W. Bush hijo, proyecta la inquietud que viven muchos de sus conciudadanos.

Pero Bush no se amilanó ante su antecesor. Ni corto ni perezoso, rompiendo también con antiguas tradiciones, ha ripostado.

Tony Fratto, vocero de la Casa Blanca, le ha lanzado cuatro frescas a Carter. Le ha dicho al ex mandatario que “cada vez es más irrelevante”. En realidad esta afirmación no es del todo cierta. Carter no tuvo otra relevancia que la derivada de su ocupación del salón oval de la Casa Blanca. Después, nada. De manera que Fratto fue desacertado, queriendo, sin duda, ser preciso. Mas esta afirmación no resta validez a los argumentos de Carter.

De hecho, una encuesta publicada en horas recientes revela que el 75% de los estadounidenses rechaza las políticas de Bush. La guerra de Irak puso al descubierto defectos que habitualmente no se esgrimen contra los mandatarios. Este conflicto renueva viejas y dolorosas desazones. Por tanto, la política de la “guerra preventiva” se convierte en una amenaza al sosiego de las familias que, al contemplar su interminabilidad, se preguntan cuándo serán llamados sus hijos a filas. Y cuándo retornarán envueltos en la bandera de las estrellas.

Nada más desconcertante para un pueblo. Carter escribe por ello. Retirado como se encuentra, puede percibir el flujo de una opinión pública que se pregunta cuánto durará aquello. Para remate, casi en instantes en que aparecía el escrito de Carter en “Arkansas Democrat Gazette”, mataban los fanáticos iraquíes a seis soldados estadounidenses. En ese pueblo, quiérase que no, afloran los fantasmales recuerdos de Vietnam.

Carter ha sido capaz de contemplar la fragmentación de aspectos medulares de las políticas de los Estados Unidos de Norteamérica. De ahí que, conforme cuanto se ha publicado en el país, afirme que Bush abrió un “retroceso en los valores básicos” de ese país. Advierte que esos valores fueron sustentados por muchos mandatarios, incluidos el padre del actual mandatario o Ronald Reagan, entre otros. Y además, expresa que fruto de esas políticas el gobierno estadounidense ha generado un impacto adverso en el mundo, como nunca lo engendró ningún otro mandato en la historia de ese  país.

Creo que los políticos estadounidenses están aprendiendo de nosotros. Porque estas inopinadas afirmaciones dirigidas por un ex mandatario a otro en el ejercicio del poder, no eran propias de ese país. Y resultan más llamativas aún por el hecho de haber sido escritas por un hombre de escaso brillo como Carter. La Casa Blanca pudo responder recordando que Carter se encuentra alejado del ejercicio del poder y, por consiguiente, ajeno a perturbadoras realidades que son enfrentadas en la actualidad.

Empero, esa no es la respuesta. De cuanto se ha publicado, que del “creo” no debe ser ni la mitad, se deduce que Fratto le dio hasta con el pie a Carter. Le ha dicho imprudente, al aludir a lo que considera críticas personales de Carter contra el actual mandatario. Asegura que Carter es desafortunado al pronunciarse en la forma en que lo hizo. Y por último, como ya dijimos, expresa que el hombre es cada vez más irrelevante. Es decir, cada vez menos importante.

Por consiguiente, estamos ante un cuadro absolutamente inusual en una nación en donde pudo verse a un Dwight David Eisenhower invitar a un antecesor, Harry S. Truman, para rendirle homenaje en la inauguración del múltiple complejo hidroeléctrico del Tennessee.

No hay dudas, el mundo está cambiando.

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