Ayer en la tarde comenzó en  Bruselas un maratón de reuniones que, antes de que abran las bolsas asiáticas el próximo lunes de madrugada, debería desembocar en un principio de acuerdo para erradicar de una vez por todas las crisis de la deuda pública en la zona euro. Todo el mundo tiene sus ojos puestos en la capital comunitaria.

“Si Europa fracasa, el virus de la desconfianza que se ha apoderado de los inversores se extenderá por el resto del planeta y amenazará seriamente con provocar la recaída en recesión de la economía global”, advierte el diario El Economista.

Y afirma que será vital la disposición con la que llegue a Bruselas la conservadora Angela Merkel, canciller alemana y dirigente más influyente en las decisiones europeas.

“Todo depende de la ayuda que esté dispuesta a prestar a países en apuros como Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia, y del rigor de las condiciones que les imponga a cambio en forma de reformas económicas, ajustes presupuestarios -recorte del gasto público y subidas de impuestos-, privatizaciones y saneamiento del sistema bancario”, explica el prestigioso diario.