El mundo  sin Dios  está perdido

El mundo  sin Dios  está perdido

MARIAZELL, Austria,  (AFP) – Bajo la lluvia, el papa Benedicto XVI echó a andar ayer (sábado) como un peregrino más en el santuario austríaco de Mariazell, donde llamó a Occidente a escuchar a Dios, para evitar caer en la destrucción, y lamentó la baja natalidad en Europa, fruto del egoísmo.

En su homilía, denunció el relativismo, los peligros de la ciencia y el descenso de la natalidad en Europa, ante más de 30.000 peregrinos que lo escucharon estoicamente bajo la implacable lluvia.

«Europa se ha quedado pobre en (número de) niños, queremos todo para nosotros, y depositamos poca confianza en el futuro», dijo arropado por sacerdotes y obispos que vestían chubasqueros sobre sus casullas.

Esta advertencia papal llega un día después de que condenara el aborto.

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