POR MARK TURNERAT
En la ONU
Irak está experimentando el mayor desplazamiento de civiles en el Oriente Medio, desde el éxodo de los palestinos después de la creación de Israel, dice la Organización de Naciones Unidas, pero el resto del mundo no da la cara.

Dos millones de iraquíes se han convertido en refugiados en otros países, con la mayoría de ellos en los vecinos Jordania y Siria, mientras que otros 1,8 millones se encuentran desplazados dentro de su propio país.

Suponiendo una población total de 26 millones, se trata de una cantidad “asombrosa”, dice Gonzalo Vargas Llosa, de la agencia para refugiados de la ONU, ACNUR, y la cifra “aumenta cada día”.

Condoleeza Rice, la secretaria de Estado de la ONU, reveló esta semana planes para que EEUU acepte 7,000 refugiados iraquíes -que ya han huído a países vecinos-, para que se asienten en EEUU durante el año próximo. Hasta ahora, EEUU solo ha permitido 463 refugiados iraquíes en el país desde que empezó la guerra en 2003.

El anuncio se produjo cuando Rice se reunía con Antonio Gutiérres, jefe de la ACNUR, quien recientemente regresó de una gira por el Oriente Medio, donde se había quejado de que la carga de la crisis de refugiados significaba que “un número limitado de países está pagando un precio muy alto”.

El mes pasado, la ONU hizo un llamado por US$60 millones, advirtiendo que no hay “actualmente a la vista un final para el desplazamiento masivo y creciente ante la violencia extrema”. El miércoles, EEUU prometió unos US$9 millones para una reubicación en todo el mundo, y un programa de ayuda, pero los esfuerzos de la ONU están seriamente escasos de financiamiento.

Sin ese dinero, dice la ONU, “la ACNUR y otras organizaciones humanitarias carecen de los recursos para actuar”, aún cuando los números crecientes de personas están al margen de las redes sociales y luchan por subsistir.

 “Grandes cantidades de refugiados iraquíes son pobres y viven en áreas de bajos ingresos”, alerta el llamado. “Hay informes de mujeres y niñas obligadas a prostituirse […] y niños forzados a trabajar, y otras formas de explotación, para sobrevivir”.

Un estudio de la ONU en Siria encontró que 30% de los niños iraquíes no están asistiendo a la escuela y el llamado menciona informes crecientes de que Siria, Jordania y el Líbano, han llegado al “punto de saturación”.

El martes, la ONU dijo que el número de iraquíes que quieren registrarse con la ACNUR en Damasco y Amán  se había “incrementado trágicamente durante los últimos días”. Añadió que muchos iraquíes temen ser deportados bajo el nuevo refuerzo de las regulaciones migratorias sirias, a pesar de que el gobierno de Siria dio seguridades de que no los obligaría a retornar a su país.

Al mismo tiempo, la mayoría de los desplazados dentro de Irak “están ahora agotando sus recursos”, dice Vargas Llosa, pero los problemas de seguridad significan que están al margen de la ayuda exterior.

 “No estoy seguro de que hoy haya en África una crisis en la que existan básicamente unos cuatro millones de desplazados”, expresó. “Pero a este problema no se le ha dado la prominencia ni visibilidad que merece. Es muy importante para la comunidad internacional reconocer la enormidad de este problema”.

A pesar de la renovada atención, el pedido de la ONU sigue prácticamente vacío. Ha recibido US$6 millones del Fondo Central de Emergencia de la ONU, y otro millón de dólares del Fondo Internacional para Irak administrado por la ONU.

Y el único donante que ha contribuído directamente es Suecia, con US$2 millones. Algunos otros han prometido fondos, pero el dinero no ha llegado todavía, mientras que el Reino Unido, por ejemplo, ni siquiera se ha comprometido. Dice la ACNUR que ha tenido que acudir a las reservas de emergencia solo para pagar el salario de este mes a su personal que opera en Irak.

La ONU también pide a los países ricos que sean más generosos al ofrecer espacio para la reubicación. “Esta no es una solución para una amplia mayoría”, dice Vargas Llosa, pero “realmente se podría reubicar muchos más de lo que se ha logrado hasta ahora”.

Mientras tanto, la ONU dice que los vecinos de Irak -con ayuda externa- tienen que continuar ofreciendo servicios sociales. “Entendemos que esto constituye una carga enorme para ellos, pero el hecho es que para muchos iraquíes no hay opción que no sea cruzar la frontera”, dice. “Deberían poder llevar vidas dignas en Jordania y Siria”.

VERSION IVAN PEREZ CARRION