Israel sigue siendo único país nuclear en Oriente Medio
El Cairo (EFE).- Oriente Medio ha cambiado mucho desde la destrucción hace 25 años del reactor nuclear iraquí Osirak, pero Israel sigue siendo la única potencia nuclear en la región, y ningún país árabe, ni tampoco Irán, ha podido hasta ahora seguir sus pasos.
El 7 de junio de 1981 aviones militares israelíes bombardearon y destruyó en menos de dos minutos el reactor iraquí en Tawita, cerca de Bagdad, tras atravesar el territorio de varios países árabes vecinos.
Ese ataque supuso el inicio de las ambiciones nucleares del régimen iraní, que decidió acceder a la tecnología atómica que, hasta el momento, es monopolio de Israel en la región.
Aunque no se conoce de forma oficial el volumen de armamento nuclear del que dispone Israel, cifras no oficiales señalan que el estado hebreo tiene al menos 200 cabezas nucleares que pueden alcanzar cualquier país de Oriente Medio y del norte de Africa.
El reactor Osirak, que se construía con ayuda técnica francesa, y que se conocía también como Tamuz, en referencia al golpe que derrotó a la monarquía hachemí en 1958, fue atacado por la fuerza área israelí cuando Irak estaba en plena guerra con su vecino Irán.
Además, ese bombardeo llegó dos años después de la firma de los acuerdos de paz entre Egipto e Israel, el primero firmado por un país árabe con el Estado hebreo, con el que se había enfrentado en cuatro guerras (1948, 1956, 1967, 1973).
El ataque contra Osirak fue la confirmación de la hegemonía israelí en la región y que su posesión de armas de destrucción masiva era protegida por EEUU, explicó a Efe Emad Gad, experto del Instituto Al Ahram de Estudios Políticos y Estratégicos, uno de los más prestigiosos de la región.
Gad añadió que el golpe israelí también sirvió como mensaje para los árabes de que correrían la misma suerte si intentaban lograr armas de destrucción masiva.
Analistas políticos consideran, no obstante, que la destrucción de la instalación iraquí sirvió de incentivo para que Irán, de población no árabe pero musulmana, iniciase su programa nuclear. Veinticinco años después, Irán insiste en que su programa nuclear tiene objetivos civiles, un derecho que garantiza el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
Sin embargo, los gobiernos de EEUU y de los países de la Unión Europea temen que parte de los planes nucleares de Teherán sean desviados hacia usos militares, algo que, hasta el momento, las investigaciones del OIEA no han logrado demostrar.