Imagino que sabes que Berlín es la capital de Alemania. Pues a raíz de la II Guerra Mundial dicho país quedó dividido en dos naciones con sistemas de gobierno diferentes: una de corte socialista, La República Democrática Alemana, RDA, controlada por la Unión Soviética y la República Federal Alemana, RFA, capitalista.
Para impedir del paso de los ciudadanos, el 13 de agosto de 1961, se ordenó levantar una alambrada de púas, en cuyo alrededor fueron colocadas patrullas y dos muros levantados con centinelas en los puntos estratégicos. Esta estructura se convirtió luego en un muro de casi cuatro metros de altura.
Se dice que más de 5 mil personas lograron escapar, que otras 125 personas murieron al tratar de cruzarlo, aunque hay datos extraoficiales que revelan que fueron más de 2 mil quienes corrieron esa suerte fatal. Documentos oficiales encontrados revelan que los francotiradores tenían órdenes de disparar a cualquier hombre, mujer o niño que intentase escapar.
Aunque la mayor parte el muro fue desmantelada, todavía quedan muchos fragmentos del mismo muro que se conservan en museos y en algunos puntos de la ciudad, incluso hay una calle donde hay un pedazo del muro que se ha convertido en una galería de pintura, sobre el hormigón. Allí hay más de un centenar de obras pictóricas.
La lección que nos deja la caída del Muro de Berlín es que una nación jamás puede estar dividida.