POR BINGENE ARMENTEROS
En la ciudad de San Petersburgo, en la ex Unión Soviética, se encuentra una de las grandes mecas del arte, el Museo Hermitage, reconocido como uno de los museos de arte más importantes del mundo. En la gran mayoría de los seminarios de historia de arte, siempre hay diapositivas e imágenes de obras que pertenecen a la impresionante colección del Museo Hermitage.
El Hermitage era uno de los múltiples palacios de la monarquía rusa, de los zares. Anteriormente era uno de los palacios de invierno de la emperatriz Catalina II mejor conocida como Catalina La Grande, hoy es una de las atracciones turísticas de San Petersburgo. Es difícil imaginar que en las calles sucias, frías y algo deprimentes, en las calles de lo que una vez fue una gran ciudad pero que hoy parece ser una ciudad fantasma, existe una tan rica y vasta colección de arte.
Ver el Museo Hermitage por su exterior fue como ver unas ruinas antiguas donde parecía que sus interiores no podrían poseer obras maestras. Incluso a la hora de la entrada, el Museo no estaba abierto, y como en la mayor parte de San Petersburgo sus ciudadanos no fueron muy amables con los turistas, parecía como si todavía existiera el estricto régimen comunista, como si aquellos que esperaban ansiosos fuera de sus puertas no les pertenecieran.
Las puertas se abrieron y dentro de este inmenso edificio se pudo olvidar la incomodidad presentada a los huéspedes. Como el Museo Louvre, que una vez fue un palacio de la monarquía, las paredes de éste también contaban la historia de sus antiguos monarcas. La grandeza que una vez se vivió, las escaleras magnánimas, los salones amplios, los techos, los pisos, los candelabros todos contando las antiguas historias de la Emperatriz Catalina y de sus antecedentes.
En la antesala del museo no había obras de arte expuestas, estas se encontraban en los salones del segundo piso. La colección del Hermitage es vasta, existen más de 3 millones de obras en su colección. Está dividida en varias categorías: arte prehistórico, antigüedades, arte del oeste de Europa, el arsenal, arte oriental, cultura rusa, medallas y monedas, la galería del tesoro, el palacio de Pedro I, el palacio Meshikov y la colección de porcelanas. Además, ste tiene una colección permanente en el palacio Konstantinovsky.
Probablemente una de las secciones más importantes es la colección de arte del oeste de Europa. Esta está considerada como una de las mejores del mundo, ocupando 4 edificios del museo o 120 galerías. En esta colección se pueden encontrar de Raphaelle, Leonardo da Vinci, Caravaggio, Titian, Tiepolo, El Greco, Velásquez, Poussin, Delacroix, Cezanne, Gaugain, entre otros. Es decir todos los artistas más importantes durante siglos y siglos.
Los salones son amplios y la colección extensa. Como el Louvre, el Museo de Arte Metropolitano, el Museo Guggenheim, el Museo del Prado y todos los grandes museos de arte el Hermitage es una joya, un tesoro, una enciclopedia del arte que enriquece la historia de arte. Desafortunadamente, las leyes de lo que hoy es Rusia no permiten que los turistas paseen libremente por sus calles, si no tienen la visa adecuada, y muchas de las atracciones turísticas se visitan en grupo, por esto los pasillos están llenos de personas, muchedumbres queriendo disfrutar de las riquezas del Hermitage lo que no deja apreciar el arte adecuadamente. Visitar el Hermitage sí es algo recomendable pero para no llevarse una mala impresión, ni que las expectativas sean destrozadas, si lo visitan, estén conscientes de que la cultura es muy diferente, que la libertad no ha llegado a esa ciudad y solo en grupos o con un guía turístico del museo podrán disfrutar de este tesoro del arte.