La excelentísima vicepresidenta de la República, la Dra. Margarita Cedeño, invitó al país al prominente neurólogo argentino, mi fraterno amigo el Dr. Facundo Manes, experto internacional en neurociencias y en particular en neuro-cognición, quien ofreció a casa llena dos conferencias magistrales en el Teatro Nacional que abarcaron temas desde la definición de las neurociencias hasta la valoración del liderazgo a partir de las funciones cerebrales y sus aportes a la educación y a la implementación de políticas públicas. Señaló la Dra. Cedeño al presentar al expositor: ¨A propósito de que este 2019 ha sido declarado Año de la Innovación y la competitividad¨, es pertinente hablar sobre el rol de la neurociencia para potenciar la capacidad innovadora de los seres humanos, ya que, al final de cuentas, innovar es idear y crear, que es lo mismo que poner el cerebro en acción al servicio de la humanidad.¨
Resumir todo lo expuesto por tan brillante expositor es tarea titánica, lo que nos obliga a dar pinceladas de parte de lo tratado. El cerebro humano es un órgano extremadamente complejo, compuesto por cien mil millones de células nerviosas, neuronas conectadas entre sí y un número aun mayor de otros tipos de células. En el cerebro se encuentran, además, cientos de sustancias químicas que continuamente llevan a cabo diversas tareas. El estrés, el dolor, la pena, al igual que diversas enfermedades, producen cambios y variaciones en nuestra química cerebral. Los cambios hormonales, las deficiencias nutricionales al igual que algunos medicamentos también pueden alterar la química cerebral.
Se refirió a las emociones, señalando que son una respuesta evaluadora del organismo que supone una combinación de alerta fisiológica, que incluye la activación del sistema nervioso autónomo o vegetativo (el que gobierna piel, digestión, circulación, etc.), son una experiencia subjetiva, como amor, odio, ira, etc., una expresión conductual y emocional.
Las emociones son vitales para nuestra actividad racional y que la falta de emocionalidad es tan nociva para la razón como su exceso. Combina la corteza cerebral pensante (la sustancia gris), con las áreas profundas del cerebro emocional como el sistema límbico (área del placer y la gratificación) El expositor enfatizó lo necesario de estas emociones para la enseñanza moderna, ya que el maestro de hoy dejó de ser un dador de conocimientos, en razón de que todo en esta revolución tecnológica está al alcance de un ¨clic¨ con las nuevas tecnologías y que modernamente ese maestro debe pasar a ser un facilitador dinámico, emocionalmente activo para ayudar a manejar toda esa información de forma dirigida y eficiente.
En reciprocidad a una gentil invitación de parte de Facundo Manes y su esposa Josefina, en nuestro último viaje a Bueno Aries, donde cenamos muy elegantemente en su casa, en esta oportunidad de su visita al país, tuvimos el honor de invitarlos a la mía junto a un grupo de distinguidos psiquiatras y neurólogos y allí delectamos muy plácidamente junto a unas copas de un exquisito vino tinto, el Pago de los Capellanes (2016) Ribera del Duero. Conversamos de porqué las neurociencias han tomado tanto auge e importancia en el mundo y concluimos en el agradable coloquio en mi hogar, que son varias las razones: 1- las neurociencias han ayudado al bienestar de la humanidad, 2-también porque la enfermedad del cerebro es la primera causa de incapacidad en el mundo, más que la enfermedad cardiovascular y que el cáncer, 3- las neurociencias están impactando en el planeamiento, la elaboración y la implementación de las políticas públicas, 4- y todos nosotros, expertos o no, en un futuro muy próximo tendremos que discutir los dilemas morales y éticos que derivan de las investigaciones de las neurociencias. El límite de espacio nos obliga a seguir el próximo sábado este ¨conversatorio neuro-científico¨ con mis siempre amables lectores.