El Niño y La Niña son dos fenómenos irregulares, cuya ocurrencia suele variar de 2 a 8 años, no ocurren simultáneamente, sino uno u otro, como veremos en la descripción de cada uno. El cambio climático es permanente y obedece a otras causas, aunque no sería extravagante pensar que éste influya de alguna manera en los dos primeros.
Las rotación y traslación de la tierra, sobre su eje inclinado y alrededor del sol, producen calentamientos desiguales en diferentes regiones del globo terráqueo, como consecuencia, se originan distintas densidades en las masas de agua y de aire, es decir, algunas más pesadas que otras se mueven buscando sus niveles; también el roce entre el aire y la tierra influye en el movimiento de los vientos. Al moverse, tanto las aguas como los vientos entra en juego una aceleración que fue definida por Coriolis siglos atrás.
En este estado de cosas se surgen las corrientes marinas, los vientos alisios y otros que soplan en diferentes latitudes y distintas alturas de la atmósfera. Similarmente, aparecen las corrientes marinas en variadas profundidades oceánicas, sin embargo, generalmente, nos ocupamos de las que están en la superficie de mares y océanos o cerca de ella, pues son las que más nos influencian.
Hay dos corrientes marinas que para los dominicanos tienen especial relevancia, la del Golfo y la Humboldt, la primera nos llega del este, baña nuestras costas sur y norte, una parte entra en el Golfo de México de donde toma su nombre, el resto asciende por la costa este de los Estados Unidos de América hasta el cabo Hatteras que la dirige hacia el Cantábrico, su temperatura es cálida, lo cual modera el clima del norte de Europa. La otra corriente marina es fría, sube desde la Antártica por las costas de Chile, Perú y de Ecuador, es la responsable del desierto de Atacama y la escasa lluvia en la costa de Perú. La Humboldt o del Perú como es también conocida, arrastra consigo muchos nutrientes y ricos cardúmenes; la pesca de anchoas en las aguas al oeste del puerto de Paita es famosa por su abundancia. Esta es la situación normal en esas costas.
Los pescadores de Paita, Perú, notaron que en algunos años la pesca se reducía considerablemente y que esto ocurría alrededor del Navidad, así que designaron el fenómeno como: El Niño. Ocurre desde hace siglos pero solo modernamente se determinó la causa como un aumento de la temperatura promedio en alrededor de 0.5 a 1.0 grado centígrado en las aguas alrededor y que se separaban del Ecuador. En 1969, Jacob Bjerknes de la Universidad del Sur de California postuló que ese aumento de temperatura se deriva de la variación de presiones atmosféricas y la disminución de la intensidad de los vientos alisios que soplan del este, modernamente se conoce como El Niño-Oscilación Sur, ENOS, por sus siglas en inglés. Al reducirse la intensidad de esos vientos, las aguas cálidas de Australia e Indonesia llegan a la costa occidental suramericana donde se unen a las también cálidas del Golfo de Guaya (Guayaquil).
Otras veces, sin embargo, ocurre lo contrario, los alisios son fuertes y las aguas frías de la corriente del Perú son empujadas hacia el oeste, internándose en el Pacífico ecuatorial; este fenómeno se denomina La Niña.
Por otro lado, el cambio climático es un efecto permanente cuya causa ha sido fundamentalmente atribuida por la gran mayoría de científicos al aumento del contenido anhídrido carbónico, CO2, en la atmósfera, aunque hay otros gases que también contribuyen. Modelos desarrollados para pronosticar los efectos del cambio climático, mediciones de frecuencias e intensidades tormentas, huracanes y sequías señalan en la dirección de que sucederían más y mayores tormentas y sequías. Además, el efecto del cambio que más preocupa es el aumento de la temperatura promedio global o calentamiento climático, especialmente por el deshielo de grandes masas de los casquetes polares y glaciares que aumentan el nivel de mares y océanos poniendo en peligro islas y ciudades costeras. La superposición de El Niño, La Niña y el cambio climático proponen un reto importante para el futuro de los humanos.
Desde hace dos a tres meses nos afecta La Niña cuyos efectos se pronostica irán reduciéndose a partir de este mes hasta marzo de este año cuando deberá haber cesado.