El nombre de la  universidad  de Cabo Haitiano

El nombre de la  universidad  de Cabo Haitiano

El pasado jueves 12, el gobierno dominicano le entregó al pueblo haitiano la universidad de Cabo Haitiano, que a un costo superior a los $30 millones de dólares fue construida en un área donde tropas españolas al amparo de la Virgen de La Altagracia derrotaron a las francesas el 21 de enero de 1691.

 El nombre elegido para esa flamante edificación universitaria  causó extrañeza en la población dominicana, pues  de inmediato todos comenzamos a recordar lo que hizo Henri Christophe en el norte del país cuando en su avance hacia Santo Domingo, en 1807, arrasó con varias poblaciones  norteñas. En especial  es recordado por la despiadada matanza en la iglesia de Moca en donde se refugiaron decenas de personas a las que supuestamente los invasores les habían garantizado la vida.

 Luego  Henri Christophe, con ínfulas  imperiales de la corte francesa,  organizó su imperio  en Cabo Haitiano al dividirse la república de Haití en dos estados, quedando el sur al mando de Petion. Christophe, en el norte, estableció  su corte imperial en Sans Soucí   y erigió la famosa fortaleza de La Citadelle, un ícono del turismo del vecino país. 

Henri Christophe  estableció en su diminuto reino una férrea administración y llevó el ansia del trabajo y la disciplina  a las mentes de sus súbditos, desarrollando  una obligación de laborar  y de educarse. Él fue muy inteligente y se preocupó por la educación de su entorno patriarcal, trayendo maestros y artesanos de otros países.

Su reino se desarrolló, y en un momento dado el puerto de Cabo Haitiano, así como lo había sido durante el coloniaje francés, volvió a ser un dinámico centro de comercio marítimo, generando riquezas afianzadores del reinado del rey Henri con su exhibición de duques, condes y princesas de color.

El reino del norte inició su declive con el derrocamiento de Petión en el sur por parte de Boyer, y se aceleró con la trombosis que sufrió Christophe en 1820; éste se suicidó con una bala de oro,  sentado en su trono y con todo su atavío real. Haití se volvió a reunificar  bajo Boyer, que más luego  ocupó la parte oriental  de la isla por  22 años.

Para la universidad se disponía de nombres más potables para los dominicanos, que si bien algunos nos invadieron en algunas de esas campañas bélicas de 1844 al 1856, al menos  no tienen las características de crueldad con las que Christophe se ensañó con la parte oriental. En su favor se puede decir de su amplio aporte al desarrollo de la parte norte de Haití, pero   no es menos cierto su historial de maldad, quedando como algo muy afianzado en las páginas en la historia de la isla.

De todas maneras, fue un gesto de gran nobleza del gobierno dominicano desprenderse de una apreciable cantidad de dinero, que bien pudo ser utilizado en otras necesidades más perentorias del pueblo dominicano.

Es un hecho de nobleza excepcional, tal como lo reconoció el presidente Martelly en sus palabras de agradecimiento por la fastuosa donación.

Lo curioso de la construcción universitaria  es que por ningún lado se mencionan a los contratistas criollos que participaron en la ejecución de la obra. Es de suponer que fueron elegidas por  sus cercanías  con las autoridades locales bajo un procedimiento de grado a grado, manchando así el hermoso gesto de la donación.

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