El nuevo acuerdo con el FMI

El nuevo acuerdo con el FMI

El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) iba a aprobar hoy el acuerdo con nuestro país, que cubre el 2011, pero lo pospuso para el viernes. Ojalá que no haya surgido un tranque. Sugiero que todos leamos con detenimiento los comentarios de los directores cuando anuncien la aprobación.

Esta negociación estuvo estancada, lo que creó mucho nerviosismo que se reflejó en el valor del peso. El acuerdo debió haber sido aprobado en agosto, pues es una revisión sobre lo acontecido entre abril y junio. Esta nueva carta de intención no cubre el tercer trimestre, por lo que se requerirá de otra revisión, lo más probable en noviembre, con sus consecuentes desembolsos adicionales de recursos del FMI

¿Por qué el atraso? Por un tranque en cuanto al presupuesto del 2011. Después de los derroches durante el primer semestre, el FMI quería que se recogiera vela, que se aumentarán los ingresos y la tarifa eléctrica y se bajarán los gastos, para que el déficit fuese menor y el consecuente endeudamiento para cubrirlo también bajara.

El gobierno no quería aumentar la tarifa, algo que había prometido hacía un año, ni bajar gastos, ni crear impuestos y sí seguir endeudando al país para así poder operar con un mayor déficit. En ese pugilato salió ganando el gobierno, aunque tuvo que enviar un presupuesto complementario que reduce gastos, cobrar el ITBIS por adelantado, reducir exoneraciones y tendrá que aumentar la luz antes del 31 de diciembre. Además,  pagará intereses al Banco Central para la deuda creada por la crisis bancaria del 2003. Mientras este año la deuda pública, interna y externa llegará a un 41.3% del PIB, en la nueva carta de intención para el 2011 sube a un 42% ya que un mayor déficit significa mayor endeudamiento (anexo a la carta de intención de este mes, cuadro 3, página 12). En la carta de intención del año pasado el tope de la deuda pública era de un 40%.  Por cierto en su comunicado de anteayer el Banco Central dice que para el 2010 la proporción será de un 37.4% y no un 41.3%.

Pero no sólo preocupa el incremento en la deuda, sino su calidad. Los préstamos duros, sin transparencia, cuyos desembolsos en el 2010 para proyectos “llave en mano”, sumaron US$350 millones, subirán a US$543 millones en el 2011. Los nuevos desembolsos de  la deuda interna (principalmente préstamos de bancos locales y emisión de bonos del Tesoro, cuyos recursos están libres de ataduras) que este año sumaron el equivalente a US$700 millones aumentarán en el 2011 al equivalente a US$824 millones. A eso hay que agregar US$500 millones que se emitirán en bonos soberanos adicionales, también libres de ataduras. Eso suma más del doble de lo que se recibirá de organismos internacionales (cuadro 6, página 15).

Por otro lado, el cuadro 14 del anexo de la carta de intención muestra que el pago de intereses y la amortización de la deuda externa ha pasado de un 14% de los ingresos en divisas por exportaciones de bienes y servicios en el 2007 a un 20.6% en el 2010.  En el cuadro 12 se plantea que no se diferirá (reestructurará) el pago de la deuda externa, pero ya sabemos que Hacienda ha contratado a la empresa inglesa Newstate Partners precisamente para esos fines.

Con tanto endeudamiento externo, las reservas monetarias aumentarán. Sin embargo, en el “informe explicativo” que el Presidente Fernández envió al Congreso como parte del presupuesto del 2011, en la sección “Contexto Macroeconómico” se especifica que a finales de este diciembre el peso estará a 38.80. Eso creó nerviosismo lo que se reflejó en su precio. La semana pasada el Gobernador Valdez Albizu correctamente calmó la situación explicando que entrarán muchas divisas y el peso bajará.

 El porqué Hacienda pone esa cifra tan abultada quizás pueda explicarse porque este año 2010 tendremos un aumento en el endeudamiento externo neto y mientras mayor devaluación, más pesos recibirá el fisco para cuadrar su déficit.

El fin de los déficits primarios del gobierno central se pospuso para el 2012, pero es año de elecciones y el acuerdo con el FMI vence en febrero del mismo.

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