HOY recién estrena diseño y estilo en su edición digital e introduce una interesante modalidad: la participación interactiva de los lectores. Desde que impuso este nuevo concepto en su ejemplar de Internet son muchos los comentarios que de todas partes del mundo están recibiendo articulistas, reporteros, redactores de noticias.

Al pie de cada sección de opinión hay un espacio para que los interesados ofrezcan sus opiniones al contenido de las columnas, a favor o en desacuerdo, pero sin caer en el insulto, la palabra ofensiva. Son numerosos los dominicanos interesados en el acontecer de su Patria, ligados fuertemente a su terruño aunque la situación los obligue a vivir en lejanos horizontes.

La Media Naranja ha recibido apreciadas glosas a sus humildes denuncias y pareceres, procedentes de América y Europa y hasta tiene lector fijo en La Florida con nombres y apellidos tan dominicanos como el Himno Nacional, que no deja pasar un día sin emitir su bien ponderado juicio.

La novedad acerca a los criollos residentes aquí con los ausentes, les permite expresarse y aunque algunos vedettos de la opinión toman estas inestimables consideraciones como forma de medir popularidad o alimentar el vanidoso ego, lo cierto es que complace saber que aun en el extranjero el corazón de los que se marchan sigue puesto en el recuerdo de los que han dejado.

Las sucintas líneas se unen a las asiduas consideraciones de los que escriben cartas, llaman por teléfono o manifiestan sus críticas a las lecturas de la edición impresa.

Este breve espacio electrónico es filtro por el que no se cuelan difamaciones ni injurias, medidor que demuestra que no es preciso ser un listín para hacerse presencia que conmueve en el mensaje grato expresado en apenas setecientos caracteres. Es, por demás, medio eficaz para que todos hagan valer el derecho de su voz que es también manifestación de nostalgias y añoranzas por el Justo es darles la bienvenida, agradecerles sus inquietudes.