El nuevo jefe de CARGILL advierte sobre el peligro por el  auge de los biocombustibles

El nuevo jefe de CARGILL advierte sobre el peligro por el  auge de los biocombustibles

POR DOUG CAMERON
En Chicago

El nuevo jefe ejecutivo de Gargill acaba de alertar que el auge en los combustibles renovables podría descarrilarse por una “sucesión de malas cosechas”, lo que intensificaría la presión al alza en los costos de los alimentos, en la medida que se dedican más tierras a la producción vinculada a la producción de energía.

Gregory Page, un veterano de 33 años en el mayor grupo agroindustrial del mundo, reiteró su preocupación de que los mandatos para biocombustibles y otros incentivos distorsionarían la distribución de tierras [para cultivos], con el potencial de crear escasez de alimentos en todo el mundo después de “problemas con las cosechas relacionados con el clima”.

 “El riesgo principal es que estamos plantando las semillas de consecuencias no deseadas”, dijo Page en una entrevista con el Financial Times, previa a su asunción del cargo de jefe ejecutivo el 1 de junio.

Los criterios de Page repiten los de su predecesor Warren Staley, quien reiteradamente pidió un debate equilibrado entre los políticos sobre las reclamos que ponen a competir los alimentos con los combustibles.

“No es más que los alimentos primero; los combustibles después”, dijo Page, quien con anteriormente ya ha cuestionado los subsidios para la industria de “biofuels” en Estados Unidos, reflejando así el viejo respaldo de Cargill a las fuerzas del mercado y al libre comercio.

Gregory Page, de 55 años de edad, es solo el cuarto jefe designado que no es miembro de la familia para dirigir Cargill, cuyas ventas subieron a US$75 millardos el año pasado, clasificado solo detrás de Koch Industries, como la mayor compañía privada de EEUU.

La posición de Cargill en el debate de los biocombustibles refleja la diversificación de sus líneas del negocio.

 La compañía ha invertido US$11 millardos en la producción de etanol y biodiesel, pero también suministra una cuarta parte de la carne que se consume en EEUU, donde los márgenes se están viendo afectados por costos más altos todavía en los alimentos.

La posición de la compañía contrasta con la de Archer Daniels Midland, su rival menor estadounidense, que ya es el mayor productor de etanol a partir del maíz en el país, y está extendiendo su huella global en la energía mediante plantas de biodiesel en Europa y Asia.

Ejecutivos de ADM han expresado su confianza en la capacidad de las nuevas tecnologías para impulsar los rendimientos y aliviar las presiones que genera el enfrentamiento alimentos contra combustibles.

“Cargill está más preocupado por el uso del maíz para alimentos frente a los combustibles”, dijo Wesley Moultrie, de Fitch Ratings.

Las preocupaciones de Cargill han tenido eco en otros productores, de manera notable en Tyson, cuyo jefe ejecutivo advirtió sobre un efecto de onda de choque en los precios globales de los alimentos, en la medida en que se dediquen más productos agrícolas  a los combustibles renovables.

El aumento de la llamada “agflation” -aumentos persistentes en los precios de los alimentos que no se pueden evitar- ya está llamando la atención de los políticos de todo el mundo, cuando  una serie de materias primas agrícolas está en, o cerca de alturas récord”.

VERSION IVAN PEREZ CARRION

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