Después de casi dos años de orfandad obispal finalmente el Vaticano ha designado un obispo para la diócesis de Baní. Esta comprende también a San Cristóbal y San José de Ocoa.
Y no pudo ser más acertada la escogencia del prelado que fuera señalado para esos menesteres pastorales. Y es que monseñor Víctor Masalles reúne condiciones más que nadie dentro del clero católico para desempeñar esas funciones. Así ayudará a la diócesis a elevar su fe religiosa y compactarse en torno a los trabajos comunitarios-religiosos que impulsa la cúpula de la Iglesia en su celo de reagrupamiento de su grey.
La masa de fieles católicos en todo el mundo ha sido golpeada desde finales de la Segunda Guerra Mundial por toda clase de corrientes del pensamiento liberal, marxista y ortodoxo. Esto ha sumergido en la confusión a millones de cristianos que se han visto conquistados por el descuido y abandono de la fe. Así se han sumergido en la vida fácil del egoísmo incitado por la modernidad y la oferta del disfrute pleno del cuerpo y de las ideas. Esto es para arrollar a todos los demás, llevándose de encuentro hasta a sus familiares. Los placeres que ofrece la vida moderna estimula a que mucha gente los busque por encima del derecho de los demás. Se necesitaban obispos católicos con una fe inconmovible y convincente para hacerle frente a las corrientes distorsionadoras de los valores humanos.
Y esas cualidades las reúne Monseñor Víctor Masalles, que será instalado sacramentalmente el próximo 11 de febrero en una ceremonia a celebrarse en la catedral de Nuestra Señora de Regla, de Baní. Así iniciará formalmente sus funciones obispales en las tres provincias señaladas que estaban sin orientación rectora de la fe. Se reforzará de nuevo la denodada labor de las decenas de sacerdotes de la diócesis que son muy consagrados manteniendo a los creyentes sumergidos en una fe que debe ser renovada.
Monseñor Masalles será el tercer obispo de la diócesis de Baní desde su fundación en 1986. El primer obispo fue Monseñor Príamo Tejeda, que por motivos de salud fue reemplazado por un intelectual y consagrado escritor Monseñor Freddy Bretón, quien fuera promovido hace casi dos años a obispo de la diócesis de Santiago, en reemplazo de Monseñor de la Rosa y Carpio, cesado por razones de edad en sus funciones administrativas de ese importante obispado.
Monseñor Bretón, en el tiempo de su obispado en Baní desde 1998, se consagró en sus funciones pastorales para elevar los diversos lugares para la práctica y el trabajo comunitario para consolidar la religiosidad, y a la vez trabajar en favor de los más pobres. En Baní desarrolló una intensa labor intelectual escribiendo varias obras, que por su estilo tan didáctico y atrayente como aquel Hilachas y Retazos del 2013, apasiona a sus lectores. Permite darnos cuenta que se está frente a un hombre de pensamiento muy singular.
Monseñor Masalles es una de las joyas más preciadas del obispado dominicano. Su intensa labor parroquial como párroco de la parroquia de San José de Calasanz habla a las claras de su apasionada vida religiosa. Él ha promovido con bastante éxito su campaña del “Yo me quedo” que desde hace algunos años la promueve para atraer a la juventud a permanecer en sus parroquias y por ende cerca de sus residencias, alejándose de los desquiciados días de la Semana Santa moderna.
Masalles es un cautivante predicador religioso. Sus prédicas y artículos están llenas de impactantes mensajes e ideas, que al ser emitidas o plasmadas por él, se graban en la conciencia de los oyentes o lectores para formar parte de una nueva meta espiritual. Y eso para estar más apegado a la fe y por tanto ser practicante de la moral católica. Su labor a través del canal de Televida es muy reconocida por sus opiniones y análisis de los temas religiosos, para los cuales no tiene reparos en comentar y ofrecérselos a su teleaudiencia en forma didáctica y entendible.
Se podría decir que la diócesis de Baní ha recibido un obsequio divino con el nombramiento de un ser humano consagrado a su vocación. Los que han trabajado con Monseñor Masalles dan testimonio de sus cualidades pastorales por su creencia firme en su sacerdocio, tan importante en esta época de transformaciones que el papa Francisco le ha impreso a la Iglesia para su conversión en un instrumento para fomentar el amor al prójimo.