Nuestros grandes partidos políticos se encuentran deshechos y desacreditados en todos  sus aspectos, sobre todo el PLD, que está con una gestión que lo único que ha obtenido es más miseria y más endeudamiento. Solamente con lo que este gobierno le debe a las generadoras de energía es para condenarlo a su desaparición, a su olvido y al desprecio. Todos sus líderes deberían confesarse en acto de respeto hacia toda la ciudadanía, para que no sean testigos de un rechazo político como no se ha presenciado en toda nuestra historia. Que lo piensen, por que el próximo 16-5-16 pasarán tremenda vergüenza, porque verán cómo todos los sectores de la sociedad se quedarán al otro lado de su política. Será un triunfo de la oposición, que nos acercará más al bienestar social, talvez a una ligera prosperidad económica y un estilo de gobernar algo moderado, que invitará a la honradez a todos los ciudadanos.

Los resultados que esperamos en las próximas elecciones son de nuevas cámaras legislativas con hombres y mujeres insumisos, conscientes de las realidades que vive el país, después de estos desastrosos años de gobiernos usurpadores de todas las normas de convivencia y de superación de la demagogia que se nos ha impuesto, con el paquete de promesas irrealizables diariamente ofertadas, como una burla, en su afán de conquistar la voluntad de las familias de policías y militares, de  pensionados y de empleados y de desempleados. Por suerte ya el PLD entra en su fase de eclipse, por no decir de desaparición completa y a su marcha hacia  el desierto del desgaste.

Las expectativas que se abren a la vista de los próximos resultados que se obtendrán en las elecciones venideras, trazan los caminos de paz y deseos de superación del pueblo dominicano, por que siempre hemos considerado que la bolsa de votos, que la actitud del pueblo manifiesta, es signo de un resultado victorioso o de derrota para el futuro de la nación. Todo indica que las elecciones del 2016 no serán una bufonada más.