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Ruth Wodak, autora de “La política del miedo: lo que significan los discursos populistas de derecha” (2015), dice que la ola populista en Europa comenzó con los ataques del 11 de septiembre 2001.La posterior represión cubierta con motivos de seguridad legitimó el recorte de derechos humanos y ayudó a los partidos de extrema derecha a endurecerse en cuestiones como la ley y el orden. Los partidos mayoritarios se han vuelto impopulares, porque sus políticas están siendo rechazadas por el pueblo, creando un vacío aprovechado por los partidos populistas.
En Grecia, por ejemplo, surgieron populistas de ambos extremos del espectro político: Syriza (izquierda) y Amanecer Dorado (derecha). El número de europeos gobernados por un gobierno, con al menos un miembro populista, ha pasado de los 12,5 millones en 1998 a más de 170 millones para 2018. Incluso, el partido Alternativa para Alemania alcanzó varios escaños en las elecciones generales de septiembre y se convirtió en el principal opositor al gobierno. El verdadero peligro proviene de países de Europa del Este como Hungría, Polonia, República Checa e Italia que ya son gobernados por populistas de extrema derecha.
A un año de las elecciones legislativas de la Canciller Ángela Merkel, esta sufrió un nuevo revés en Berlín frente al movimiento antiinmigrantes y anti-islamitas (Partido Neonazi), que entra al Parlamento local con un aumento extraordinario de más de 400%, pasando de 3,2% a 14,2% de los sufragios.
Por su parte, Austria, gobernada por un primer ministro de 31 años, se vio en la necesidad de entrar al gobierno representantes del populismo, por lo que teme más que nunca, una victoria de la extrema derecha. En Eslovaquia, la extrema derecha entró al parlamento con 14 escaños. Según Wodak, el giro de Europa hacia los partidos antisistema ha normalizado las políticas de derecha.
En Hungría, cuando el partido de Orbán obtuvo su victoria decisiva en 2010, proclamó un día de «revolución», aludiendo que el pueblo húngaro había «derrocado al régimen de los oligarcas que usaron su poder de manera indebida» tomando el control absoluto de todos los sectores de poder. Sin embargo, ha presidido el surgimiento de una nueva generación de oligarcas, confabulados con los otrora oligarcas para desplegar el poder estatal y los recursos en beneficio de amigos y aliados políticos.
Es propio de los discursos populistas de izquierda (quienes son muy pocos), aceptar que existen puntos de vista discordantes para tener en cuenta como parte del «pueblo»: otras identidades, poblaciones inmigrantes de orígenes diversos, heterogeneidad étnica, entre otros. Por otra parte, el populismo de derechas reclama también la diferencia, pero para exigir un trato preferencial a los que se consideran como miembros de pleno derecho del «pueblo».
Hace tres años, en uno de los actos más grande de la historia de Inglaterra, los británicos votaron un referéndum para dejar la Unión Europea, nos referimos al BREXIT. El resultado del referéndum de 2016, fue: 52% a 48%. A partir de entonces, el país ha pasado los últimos dos años y medio tratando de ponerse de acuerdo sobre el tipo de relación que quiere con la Unión Europea, al tiempo que el gobierno de la Primera Ministra, Theresa May, negocia los términos de la separación.
Ahora, en lugar de consultar el lado derrotado, la Sra. May siguió un BREXIT de línea dura, apresuradamente para complacer a su Partido Conservador. El Parlamento, elegido un año más tarde (2017), por esos mismos votantes, ha juzgado inaceptables los términos de la salida. Incluso, después de que el Parlamento estableció su derecho a votar sobre el acuerdo final, ella no cedió, en su lugar, intentó (y fracasó) frustrar la votación del Parlamento. Después de la aplastante derrota de enero 2019, la promesa de la primera ministra para trabajar con los de la oposición llega dos años demasiado tarde.
En un próximo artículo, trataremos el populismo desde un sentido filosófico y esencial, aclarando los distintos conceptos, definiendo los diversos tipos identificados y profundizando en las convergencias, historia y ramificaciones que hay que obtener del populismo; así como las medidas a implementar para reducir, considerablemente, su poder.