El obedecer a Dios trae gran recompensa

El obedecer a Dios trae gran recompensa

Y todos los que por causa mía hayan dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos, o terrenos, recibirán cien veces más, y también recibirán la vida eterna. Mateo 19: 29.                                   

Cada persona busca a Dios de una manera muy particular. Por eso se nos hace tan difícil caminar como ordena Su palabra, pues queremos que Él se adapte a nosotros y nos entienda. Lo más grande es que nos justificamos y tenemos argumentos para avalar lo que hacemos.

No podemos continuar de esa manera, porque estamos engañándonos. Y peor aún, dejamos de recibir por hacer las cosas a nuestro modo. Cuando la palabra nos habla de que tenemos que dejar algo, no puede acondicionarse y hacerlo a un 10 o un 40 o como nos parezca; si así fuera, estaría escrito.

Él nos da a conocer Su voluntad y, por más difícil que sea para nosotros someternos a ella, no nos queda más opción que obedecer; porque el cumplimiento de ella trae recompensa. Por esto, no sigamos acondicionando la palabra de Dios. Si Él nos dice que dejemos algo, dejémoslo aunque nos duela.

Porque escrito está que todo lo que dejemos por Él será retribuido cien veces más… Y la recompensa más grande: la vida eterna. No pensemos más; tan solo hagamos como Él nos dice, y preparémonos a recibir en respuesta a lo que hemos dejado por Él.

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