El obispo Moya acoge al padre Rogelio Cruz

El obispo Moya acoge al padre Rogelio Cruz

El «viacrucis» del padre Rogelio Cruz culminó ayer tras ser acogido por el obispo de San Francisco de Macorís, Jesús María de Jesús Moya, para trabajar en la diócesis que dirige, con lo que se dejó sin efecto la orden de que saliera del país emitada por la orden de los Salesianos, a la cual pertenece el sacerdote.

Al confirmar la información, el padre Rogelio dijo a HOY que va a trabajar junto a otros dos sacerdotes en la zona de Nagua, a la cual se integrará a partir de la próxima semana.

«Voy a apoyar el trabajo que se está haciendo en esa zona que es de mucha pobreza y de muchas necesidades. Me han puesto en una zona donde hay muchos pobres, que es donde a mí me gusta trabajar», expresó el padre Rogelio tras lo cual aseguró que en este caso «Dios se ha manifestado».

«Yo vengo de hablar con monseñor Moya y él me dijo: padre, lo que hay que salvar es su persona, su vocación, por lo tanto usted ha llegado a su casa, lo otro se resuelve», manifestó Rogelio con la voz ahogada por la emoción.

De su lado, el obispo francomacorisano confirmó la información y dijo que la diócesis que encabeza obtemperó el pedido que le formuló el superior de los Salesianos, José Pastor Ramírez y el mismo padre Rogelio, para evitar su expulsión, por su negativa a salir del país hacia España.

El padre Rogelio, quien por diez años desarrolló una intensa labor en la parroquia Cristo Rey, se ha destacado por acompañar a los sectores populares en lucha, por sus ácidas críticas a los políticos tradicionales, a los corruptos, y por su amplia labor a favor del barrio Cristo Rey, lo cual lo convirtió en el cura más popular del país.

A pesar de ser respaldado por amplios sectores de la población y la mayoría de los medios de comunicación por su lucha a favor de los marginados, la Orden de los Salesianos, a la que pertenece, le ordenó salir del país, primero a Roma y luego a España.

El sacerdote acusó a sectores poderosos, incluido el propio gobierno, de presionar a la Iglesia para que los sacaran del país, por lo que se negó a acatar la orden y solicitó a un obispo que lo acogiera para evitar su «destierro».

«Me siento como si me hubieran quitado una gran carga de encima, porque la gente sabe que yo amo demasiado mi vocación sacerdotal, y yo quiero seguir siendo sacerdote y no otra cosa como han pretendido algunos», manifestó Rogelio al agradecer al monseñor Moya por haberlo acogido en su diócesis.

Aseguró que su vocación nunca estuvo en peligro, pero la salida que se le ha buscado a su caso, le reafirma una vez más su necesidad de servir a los más pobres.

«Me siento agradecido con Dios, con tanta gente y sobre todo con este obispo que ha sido tan solidario conmigo en estos momentos tan críticos»,

[b]AGRADECE A LA PRENSA[/b]

El padre Rogelio agradeció el respaldo brindado por los medios de comunicación «que asumieron mi caso como su propia causa».

«Ustedes los periodistas asumieron la causa de Rogelio Cruz como propia y bendito sea Dios… Estoy eternamente agradecido; no sé cómo agradecerle a los medios de comunicación cómo se sumaron a ese grito (para que no fuera sacado del país) y para que las cosas no fueran como la habían planeado sectores poderosos.

[b]JAMAS OLVIDARE A CRISTO REY[/b]

Al referirse al barrio donde desarrolló una intensa labor a favor de sus empobrecidos residentes, el religioso dijo: «yo soy parte de Cristo Rey y Cristo Rey es parte de Rogelio. Ahí han quedado diez años de trabajo intenso. La semilla está sembrada y ellos tienen la responsabilidad de hacer que esa semilla germine y dé muchos frutos».

Manifestó que seguirá identificado con los sectores populares, sobre todo con los más pobres, «iluminando la lucha popular para que el evangelio entre también allí».

El sacerdote dijo que permanecerá durante un año en Nagua y si después de ese período «Dios dirá, si Dios dice que me tengo que quedar ahí, me quedo; si me tengo que ir a estudiar, como pretendían ahora, me iré a estudiar, no tendré ningún problema a partir de este momento».

Distintos sectores de San Francisco de Macorís reaccionaron con alegría al enterarse de que monseñor Moya había acogido al «cura de Cristo Rey», Rogelio Cruz.

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