El presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED), favoreció que se refuercen las pruebas psicológicas para otorgar los permisos de porte y tenencia de armas de fuego, a fin de contrarrestar los altos índices de violencia que se registran en el país.

“Las autoridades tienen que tener cuidado con darle permiso de porte de armas a cualquier persona sin ningún criterio, y al margen de las pruebas psicológicas se debería establecer a qué tipo de familia pertenece el solicitante”.

El obispo de la diócesis de Higüey dijo además que está de acuerdo con un desarme de la población, para lograr los referidos objetivos, pero resaltó que una medida como esa no sería del todo suficiente.

Para el sacerdote, es necesario que se busquen las soluciones para enfrentar la violencia en el seno de la familia.

Manifestó que si un individuo no tiene una buena formación familiar, tomará el camino de la violencia cuando se enfrente a una situación específica.

“Muchos irreflexivos que andan por ahí con armas por todos los rincones, responden con violencia ante cualquier situación”, dijo.