Al Dr. Jochy Herrera, con gratitud y mi dispensa.
“Salve, hijas de Zeus… decid también como nacieron al principio los dioses, los ríos y el ponto ilimitado de impetuosa corriente, los astros resplandecientes y el ancho cielo, arriba, y sus descendientes, los dioses dadores de bienes, cómo se repartieron las riquezas, como se dividieron los bienes y cómo habitaron al principio el muy abrupto Olimpo.”
Hesíodo, S.VIII a.C.
Apenas un día después del cuestionado asesinato del coronel Daniel Ramos Alvarez, persona reputada como honesta, integra y responsable, su cuerpo agonizante abandonado por sus compañeros de armas, abatido por Rafael Antonio Díaz, “Buche”, con un extenso expediente criminal, extraditado de los Estados Unidos y, al parecer bien conocido por la DGCD, siendo cabeza principal de puntos de venta de droga en Baní, el presidente Danilo Medina con su cohorte corta la cinta y deja inaugurado el lujoso Helipuerto de Santo Domingo, ubicado en las céntricas avenidas 30 de Mayo y Núñez de Cáceres, considerado por el Lic. Marino Collante, director ejecutivo de la Autoridad Portuaria, como “el helipuerto más moderno del Caribe, Centro América y Suramérica.”
El evento fastuoso, carente de otras virtudes, vino de perlas, para resaltar la figura egregia, mesiánica y bienhechora del presidente Danilo Medina de parte de sus cortesanos, el inefable Ramón “Monchy” Fadul, ministro de lo Interior y Policía y, naturalmente el agradecido Marino Collante, que no podían pasar por alto la oportunidad de proclamarla reelección del presidente Medina como una necesidad nacional, pues de eso se trata.
Como es lógico esperar este “grandioso” acontecimiento, generó que circulara por las redes sociales y entre bastidores, punzantes críticas y comentarios de gente chusca, y no carente de malicia y talento plenamente consciente de las graves calamidades y múltiples deficiencias que padecemos como sociedad sometida a “la inseguridad, miseria y desaliento” y “el declive de la confianza ciudadana en las instituciones políticas” por el irrefrenable afán del engaño, mostrar solo el brillo falso de la moneda: el lujo, la magnificencia, la ostentación, el boato propio de los nuevos “dioses dadores de bienes, cómo se reparten las riquezas, cómo se dividen los bienes, cómo habitaron al principio el muy abrupto Olimpo” y quieren perpetuarse en el poder, acapararlo decidirlo todo por los medios que sean, cuéstele a quien le cueste.
El Dr. Jochy Herrera, en su libro “Estrictamente Corpóreo”, cita al Dr. J. Craig Venter, presidente fundador de su Instituto que admite: “Estamos creando un sistema de valores nuevos hacia la vida, y no se puede esperar que todo el mundo esté contento.” Ciertamente, pero ¿cuáles son esos nuevos valores?
La respuesta no se hace esperar: “organizaciones independientes, interesadas en la conducción de la ética, han manifestado preocupación no solo por la falta de regulación y participación de la sociedad en los procesos, sino también por el evidente potencial de beneficio personal y privado detrás de ellos.”¡Los dioses del ocaso que nos deshumanizan y crean demonios!