El ODIO un detonante para matar

<P>El ODIO un detonante para matar</P>

El odio es el producto de resentimientos y generalmente se define como el sentimiento contrario al amor. En el amor se desea el bienestar para la persona amada. En el odio, el malestar y deseo de daño es lo que está presente. La persona que odia manifiesta una conducta hostil, agresiva y repulsiva contra la persona u objeto de su odio.

Las personas abrigan odios en su interior a causa de haber sufrido en su vida frustraciones y situaciones que no pudieron superar. Es el caso de personas que no consiguen perdonar a sus padres porque cuando eran niños fueron maltratados. También es el caso de la persona que sufrió una separación traumática, igualmente  aquellas que desean algo o a  alguien  y no lo pueden alcanzar.

Según explica el reconocido psiquiatra César Mella el odio no solo es un detonante para matar, sino para hacer daño, obstaculizar a los demás hacer comentarios degradantes de otro ser humano. “El odio suele ser aliado de una persona con baja autoestima y por lo regular está conectado con otro sentimiento malsano; la envidia”.

Crímenes de odio.  Hemos escuchado en muchas ocasiones estos  términos, recientemente la fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso explicaba que el crimen de José Carlos Hernández, muerto de 27 puñaladas, fue un asesinato de este tipo. Los crímenes de odio tienen lugar cuando una persona ataca a otra y la elige como víctima en función de su pertenencia a un determinado grupo social, según su edad, raza, género, identidad de género, religión, etnia, nacionalidad, afiliación política, discapacidad u orientación sexual.

El psicólogo Gordon Allport apunta en su libro “TheNature of Prejudice”(Cambridge, 1954), que un criminal movido por el odio hacia una minoría sexual o racial, en realidad desea ardientemente la “extinción del sujeto odiado”. El criminal está convencido de que la falla no está en él, sino en el objeto de su odio, lo que de inmediato le exime de todo remordimiento o sensación de culpa.

Es probable que mucha gente se pregunte cómo viven los seres humanos con este sentimiento tan feo, sin embargo es probable que muchos lo hayan experimentado en algún momento de su vida, pues según nos explica el doctor Mella “en la mente siempre bullen el bien y mal”. Pero existen extremistas que  practican día a día el odio y viven deseando que a los otros les suceda lo peor.

Desarrollo del odio en su corazón.  Varios factores alimentan el monstruo que es odio, El doctor detalla algunos: deseo de venganza ante una ofensa, personalidad antisocial, la envidia, los rencores y la incapacidad de perdonar.

Pero los crímenes de este tipo no sólo ocurren entre muchos que si bien coincidente en filosofías o estilos de vida, no comparten el mismo nivel económico o racial. Sino que el odio y sus secuelas se están propagando a niveles alarmantes, ya sea por cuestiones de género, raza, etnia, u orientación sexual y religiosa.

 En el  país han sido  asesinadas más 100 mujeres este año y las estadísticas reflejan que  ocurren casi 200 crímenes de mujeres por años desde el 2005.

Es importante detectar una persona corroída por el odio, pues no se sabe en qué  momento va a atacar ni quién será su víctima.

Según el psiquitra una persona que odia  es una persona inconforme, con serios trastornos de identidad,  agresividad, no cómparte ni disfruta el éxito y el triunfo de los demás.

Así mismo advierte que  quienes odian y no lo superan, tuercen su vida y son reos de la depresión, la ansiedad y sus deseos de tan bajos instintos deben ser sometidos a una profunda terapia psicológica “para que encuentre la raíz de su odio, pues es cierto que el odio es el motor   de muchos crímenes y no dudo que Caín matara a su hermano Abel por odio”, dijo el doctor Mella.

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Dónde nace el odio en el cerebro

Científicos británicos descubrieron el mecanismo del cerebro humano que produce que odiemos a alguien. Y la zona donde se inicia esta poderosa emoción está íntimamente relacionada al área cerebral donde se produce el amor, afirmó la investigación llevada a cabo en la Universidad de Londres. El estudio -publicado en la revista de la Biblioteca Pública de Ciencia, PLoSOne, analizó a varios voluntarios que miraron fotografías de alguien a quien odiaban. Descubrieron que se activaban una serie de circuitos cerebrales en un área del cerebro que comparte ciertas estructuras asociadas al amor romántico. “El odio a menudo es considerado una pasión malvada que debe ser reprimida, controlada y erradicada”, explicó el profesor SemirZeki, del Laboratorio Wellcome de Neurobiología de la Universidad de Londres y quien dirigió el estudio. Concluyeron que al igual que el amor el odio es un sentimiento irracional.

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