El omelette perfecto

El omelette perfecto

Para muchos que no conocen el plato por su nombre real, la palabra omelette les suena a comida muy fina y complicada… pero nada que ver. La tradicional tortilla de huevos es una de las recetas más antiguas de la cocina y sobretodo fácil de preparar.

Esta es una de las razones por las cuales su receta se ha extendido por todo el mundo, proponiéndola como una solución económica y fácil para la comida de cualquier momento del día. Acompañado o solo, el omelette siempre será una comida deliciosa.

Hay algunos trucos para que les quede estupendo.

1. La sartén. Este es uno de los elementos más importantes para lograr un omelette perfecto. Se recomienda usar una sartén antiadherente en buen estado y con buena altura, para que la tortilla tome buen tamaño y no se pegue.

2. La temperatura. Un buen omelette se cocina lento, para que quede suave y el huevo no se queme. Las sartenes con doble fondo ayudan a distribuir el calor uniformemente.

3. Leche no es indispensable. Muchos le agregan leche a los huevos cuando los van a batir omelette pero los expertos insisten en que el omelette queda mejor si se elimina este ingrediente. Se puede añadir un poco de crema de leche después que los huevos se han batido y sin remover mucho para que no haga espuma. Esto los hará más cremosos

4. Elimina los trazos. Las hebras y grumos del huevo echarán el omelette a perder si no las eliminas. Bate bien y pasa por un colador para dejarlos fuera.

5. Relleno, de último. Los huevos batidos se ponen solos en la sartén y cuando estén cuajando se agrega el relleno.

6. La vuelta. El omelette se sirve mayormente doblado, en forma de media luna. Para hacerlo usa una cuchara de madera o teflón. Un poco de queso rallado antes de servir, será espectacular. ¡Buen apetito!

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