El otro festival

El otro festival

POR BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO
Aún no ha terminado el festival de acusaciones que emiten funcionarios y asimilados francotiradores que de manera alegre e irresponsable arrojan piedras hacia cualquier cercado. Por supuesto, tienen el cuidado de no arrojar nada hacia arriba pues sus propios techados son sumamente frágiles en lo moral, lo económico, lo familiar y lo personal.

El festival de los anuncios grandilocuentes, las acusaciones, los chismes y comentarios llenos de veneno y los «por si acaso» se produce en la televisión y en algunos programas de radio día tras día, de lunes a viernes.

Haga la prueba cualquier mañana de día de semana y esto es lo que verá: un funcionario del gobierno actual, vendiendo como un acierto y una decisión salvadora invertir una millonada en un nuevo edificio para el Archivo General de la Nación, sin que se explique si las actuales instalaciones permiten ser ampliadas y adecuadas para los fines que se persiguen;

-otro explicará que si no celebramos los Juegos Deportivos de Monte Plata desaparecerá la práctica deportiva en distintas disciplinas: campo y pista, levantamiento de pesos, béisbol y una serie de actividades en otras disciplinas de atletismo;

-el tercero intentará convencernos de que el dichoso metro es la solución de todos los problemas del tránsito en la ciudad de Santo Domingo, como antes nos dijeron que ocurriría con los elevados, túneles y pasos a desnivel; puede que alguien con mejor juicio plantee uno de los reales graves problemas del país: la falta de autoridad que han tenido todos los gobiernos.

Por diversas causas, pero básicamente por temor a perder votantes, los gobiernos, éste, el que pasó y el que vendrá actúan con una tremenda falta de autoridad que permite a la gente hacer lo que le viene en ganas, uno no sabe si por desidia o porque le moja las manos a quien debe imponer la sanción.

Si, por el contrario, le toca a uno ver a un teórico de la oposición explicando cómo se actuó bien en el pasado y la diferencia con lo que ocurre hoy, asistiremos a un ejercicio verbal de lo posible, lo probable y lo imposible.

Con la habilidad de un espadachín de la palabra, se dibujan, se pintan situaciones y soluciones que uno nunca supo que existieran, que no sea en la cabeza de ese funcionario del pasado.

Así, uno y otro día, hasta que llegamos al fin de semana cuando uno o dos sabios del periodismo nacional hacen un recuento lleno de profundidad, sabiduría y un ejercicio inteligente de la futurología, donde se plantean soluciones a todo, sin que ningún gobierno les preste atención.

Aquí sí es cierto que «cada maestro tiene su librito». Ese librito lo saca el Presidente que se acaba de instalar en el poder, aunque lo que lea nada tenga que ver con las propuestas y promesas que se hicieron a todo lo largo y ancho de la campaña electoral.

Este país tiene fuerzas interiores y un deseo de superación y progreso tan poderosos que a pesar del panorama que desdibujo antes, y falta mucho por decir, hemos progresado.

¡Viva la República Dominicana!

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