El outsourcing de Milagros

El outsourcing de Milagros

La doctora Milagros Ortíz Bosch es un referente nítido y esplendente del rol correcto en el desempeño político y en la pulcritud y eficiencia con la que arbitró sus responsabilidades como titular de Educación y Bellas Artes, sin la menor brizna de suspicacia y/o sospecha.

Esa es una referencia gratificante para esta dama de condiciones conductuales sin tacha en el decursar del escenario público como en el privado, donde en esta última vertiente logró una economía cómoda laborando con su ex esposo Joaquín Basanta exportando periódicos a USA, y eso me consta.

Fajados ambos “de campana a campana”, como se alude en criollo a un esfuerzo laboral.

La doctora Ortíz Bosch puede con gran acopio y altura, par de referencias altas que la “gardean pegado”, trasegar ese término técnico novedoso que se denomina “outsourcing”, que traduce ofertar soluciones transferidos para ejecutar un proceso, en este caso, no de negocios, sino de gerencia política y maestría da transparencia en una gestión, como la suya en la SEE y vicepresidenta de la República.

Son esos y otros apelativos que basamentaron la decisión de la Fiscalía del DN en rechazar inventos aviesos donde subyace el prurito execrable de dañar reputaciones bien obtenidas, en detrimento de la reputación aúrea de la doctora Milagros Ortíz Bosch.

Milagros Ortíz Bosch, con quien no disfruto el privilegio de su amistad, porque amigos son los que nos procuramos y visitamos, es un referente político y moral de nuestra sociedad, como lo son en roles análogos Yvelisse Prats de Pérez, Ligia Melo, Jacquelin Malagón, Alejandrina Germán, figuras relevantes y potables de nuestro escenario político cuando han desempeñado posiciones de gran responsabilidad en la jalda forzada de diseminar el saber.

Enhorabuenas a todas.

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