El Ozama: una gran cloaca

El Ozama: una gran cloaca

En el trayecto entre los puentes  Presidente Peynado y Juan Bosch, al menos doscientos  vertederos y cien cañadas vierten desperdicios sólidos y líquidos en los ríos Ozama e Isabela.

A partir de la confluencia, todos estos desechos toman un solo cauce y van a parar a la desembocadura y al litoral del Malecón de Santo Domingo.

En esta virtud, mientras esos vertederos estén activos, alimentando los dos ríos, la tarea de  mantener limpios el puerto y el litoral equivaldrá a  pretender curar la fiebre en la sábana.

El gran pasivo ambiental que deben eliminar las autoridades son los vertederos de veintenas de barrios que utilizan al Ozama y el Isabela como una gran cloaca. A eso se suma el saneamiento de las cañadas que desembocan en esos ríos.

A juzgar por la magnitud del problema, se requiere una fuerte alianza entre autoridades ambientales, municipales, juntas de vecinos y organizaciones empresariales y comerciales que destinen recursos y esfuerzos para eliminar los vertederos.

Los ríos Ozama e Isabela “aportan” diariamente cientos de toneladas de sólidos, sobre todo plásticos, y miles de metros cúbicos de contaminantes líquidos que van a parar al puerto y al litoral, con todas las consecuencias ambientales imaginables.

Es justo mitigar el dolor causado

La muerte de una pareja de recién casados en Katanga, Los Mina, ocurrida al caer sobre su vivienda un cable de alta tensión de Ede-Este fue un hecho doloroso para las familias y allegados de ambos, y un alerta para todos sobre la peligrosidad que entraña el mantenimiento inadecuado de líneas de conducción de esta naturaleza. Alivia saber que la CDEEE y Ede-Este hayan acordado resarcir a los padres de Gabriel Herasme y Jennifer Rodríguez por el irreparable daño.

El informe final de la investigación del caso señala que las consecuencias de la caída del cable fue propiciada por el hecho de que la vivienda de la pareja fue construida debajo del conductor y que sus instalaciones internas carecían de conexión a tierra como medida de protección. La experiencia debería ser aprovechada por las “edes” para recomendar a  sus abonados dotar sus instalaciones de los medios de protección que faltaban en la vivienda de la pareja electrocutada.

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