El Dr. Pedro Pablo Paredes es un prominente psiquiatra dominicano, entrenado en Inglaterra, egresado del prestigioso Instituto de Psiquiatría de Londres, con quien coincidimos durante nuestros años de entrenamiento en la capital británica.
Tuvo la gentileza de hacerme llegar un artículo del New England Journal of Medicine (NEJM), de febrero de este año, en el que se describen los encuentros en 54 pacientes en estado de coma profundo, unos en estado vegetativo, es una condición neurológica que expresa un estado de colapso cognitivo profundo de larga duración, en que las funciones cerebrales superiores están totalmente abolidas y sólo las primarias están preservadas.
Una entidad médica con dificultad para su manejo es el paciente en estado de coma profundo por largo período, lo cual es gravoso en lo emocional para los seres queridos y más cuando se añaden los costos del internamiento, es muy calamitoso para los familiares, pues el manejo de estas condiciones delicadas debe hacerse siempre en cuidados intensivos y muchos de los amables lectores conocen de los elevados costos de esas unidades.
En esos estados, puede el paciente en coma realizar movimientos o emitir sonidos, lo que hace crear falsas expectativas en los familiares y no son más que acciones reflejas.
La publicación en cuestión del NEJM, resume los encuentros de un grupo de investigadores de Cambridge (Inglaterra) y de la Universidad de Lieja (Bélgica).
De los pacientes estudiados, 23 estaban en estado vegetativo, es decir sin repuestas a ningún estímulo.
Se usó en éste caso la técnica de la Resonancia Magnética Nuclear y en todos ellos se logró, mediante éste estudio radiológico moderno, que respondieran preguntas sencillas, esas que se pueden responder con un sí o un no, y se pudo comprobar que en esos pacientes desconectados del entorno, que se activaban las mismas áreas cerebrales que se activan en las personas sanas, cuando responden positiva o negativamente a alguna pregunta, enfatizándose que no tenían otra forma de comunicación por su daño.
La investigación, liderada por Adrian Owen por el equipo inglés y Steven Laurys por la contrapartida belga, confirmó que el cerebro habla- solo.
En el 2003 se publicó un caso en la misma revista, de un joven de 29 años que había sufrido un aparatoso accidente, lográndose en ese caso igual respuesta.
En el noviembre pasado estos investigadores reportaron el caso de un paciente que luego de estar 23 años inconsciente logró comunicarse.
Es decir que aun en los pacientes desconectados hay siempre una detectable forma de actividad comunicativa cerebral como se demuestra.
Por la condición de mi especialidad médica, los casos de estupor, coma profundo y muerte cerebral son comunes y nos toca el manejo de estos procesos con cierta frecuencia, y puedo dar fe de que a mis años, ya no me atrevo a responder con -doctas exactitudes- las preguntas de los familiares del paciente con un derrame, trauma severo de cráneo y otros daños cerebrales, pues hay muchas sorpresas.
Son numerosas las ocasiones en que he visto salir lágrimas de los ojos del paciente en coma profundo, cuando llega el familiar esperado y le susurra al oído del paciente alguna frase de amor y aliento.
Me había hecho la pregunta de ese fenómeno hace muchos años, pero hoy sabemos que el cerebro -habla siempre- aun esté inconsciente su usufructuario.