Hoy 
En el marco de la 2da. Jornada del Dolor Neuropático, celebrada en Santiago de los Caballeros, nos correspondió el honor, en nuestra condición de Vicepresidente de la Asociación Dominicana para el Estudio del Dolor, de presentar al prominente médico santiaguero, Dr. Andrés Peralta Cornielle, quien nos dictó la Conferencia Magistral inaugural, con este título.
En la oportunidad, resaltamos las condiciones de hombre de ciencias, de gran humanista del expositor, quien es entre otras muchas cosas, radiólogo, bioesticista, fundador de la Comisión Nacional de Bioética en el país, y catedrático universitario.
En este orden podemos resaltar que el enfermo terminal es aquel que padece una enfermedad grave o incurable y quien por el deterioro fisiológico de su organismo se encuentra en la fase final de su existencia. La enfermedad o síndrome terminal se define como el estado clínico que indica expectativas de muerte en breve plazo. Se presenta comúnmente como un proceso evolutivo final de algunas enfermedades crónicas progresivas cuando se han agotado los remedios disponibles. El diagnóstico de síndrome terminal se basa en la existencia de los siguientes factores: a) enfermedad causal de evolución progresiva, b) pronóstico de supervivencia inferior a un mes, c) estado general grave, d) insuficiencia de órganos, única o múltiple, e) ineficiencia comprobada de los tratamientos y ausencia de tratamientos alternativos, y f) pérdida de la esperanza de recuperación.
El expositor mencionó algunas de sus propias dramáticas vivencia en el hospital oncológico, en adición a los juicios de Bienvenido Serret, citado en su obra La atención del paciente terminal, al definir el concepto de paciente terminal.
Cuando el Médico establece el diagnóstico de síndrome terminal, surgen varias interrogantes acerca de cómo comunicarlo al paciente. Las respuestas deben obedecer al principio de permitir al enfermo ejercer su derecho y el principio de la verdad tolerable, debiendo ser orientadas por el grado de conveniencia y el bien natural del paciente con el síndrome terminal, según nos destacó el doctor Peralta en su enjundiosa cátedra de bioética.
En su libro Fundamentos de Ética, Diego Gracia, aludido por el expositor, nos ayuda a entender de qué trata la Bioética, de importancia en el manejo médico en esos estados terminales y que todos los galenos enfrentamos, como bien se ha dicho, ni el sol ni la muerte pueden ser vistos de frente sin parpadear. Todos los que ejercemos esta práctica de los seguidores de Escolapio, afrontamos numerosos dilemas éticos y morales frente al dolor desgarrador, o ante una larga agonía dolorosa, o al perder la batalla de salvar el enfermo.
El conferencista, católico militante, al final de su charla nos enfatizó: Las motivaciones de quienes deciden poner fin a sus vidas por dolores físicos atroces o por el sufrimiento que les induce a pensar que su vida es aparentemente inútil, se originan en la mayoría de los casos por una mal entendida compasión, al considerar que lo más lógico es plantearse el no prolongar una situación de vida miserable. Otras veces las motivaciones surgen, por no poseer el hombre valores morales y espirituales que den sustento al sentido ontológico de su existencia. Lamentablemente la idea de la eutanasia va ganando terreno día a día.
Destacó el disertante que debemos ser cuidadosos al analizar y conceptuar las expresiones derecho a morir y morir con dignidad, ya que muchos casos representan una forma elegante y disfrazada de un crudo asesinato. Una cosa, es muerte sin dolor o muerte dulce, por medio de la cual se intentan paliar los dolores y sufrimientos por motivos altruistas, pero sin pretender eliminar a quien sufre de una enfermedad terminal. Terminamos nosotros con la pregunta que a los presentes nos hiciera el doctor Peralta, iniciando esa excelsa noche en estos términos: ¿está usted de acuerdo o no con la eutanasia en estos casos terminales? Este es un gran dilema médico-filosófico, relacionado con lo realmente¨humano de la bioética.
