El padre Emiliano nos escribe

El padre Emiliano nos escribe

LEONOR ASILIS
Así se titula el más reciente libro que trata de este siervo de Dios, Padre, Emiliano Tardif. En esta obra, que recoge algunas de sus cartas hacia la Comunidad de Siervos de Cristo Vivo, y algunos artículos que fueron publicados en varias revistas, su autor John Fleury describe con acertadas palabras el sentir de este tan querido sacerdote por el pueblo dominicano y otros pueblos del mundo donde fue a predicar la buena nueva de Jesucristo.

El padre Emiliano fue el octavo de trece hijos. El día de su nacimiento esperaban que sucediera lo peor: que murieran la madre y el hijo. Según un médico, la Sra. Ana no podía dar a luz al niño y debía evitarlo.

Ante esta sugerencia la madre dijo: más vale morir en gracia que morir en pecado. Prefiero sacrificarme y que nazca el hijo.

  Todo salió bien y después de Emiliano nacieron cinco hijos más. Cuatro entraron en la vida religiosa. El Padre Emiliano fue ordenado sacerdote en Canadá donde nació, y perteneció durante cincuenta años a la Congregación.

Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús. Fue destinado como Misionero hacia la República Dominicana cuando tenía 29 años, y desde aquí recibió el llamado a fundar una Comunidad de laicos: Siervos de Cristo Vivo, la cual ha servido y sigue sirviendo de canal para muchos frutos apostólicos. (31 Casas de Oración y 12 Escuelas de Evangelización Juan Pablo II en 9 países, retiros,

Lumen 2000, ministerio de evanglización a través de los medios de comunicación etc..),

Como excelente predicador, que fue bendecido por el Señor de servir como su instrumento para sanar a tantos enfermos veremos en algunos fragmentos que extraemos de este libro su gran espiritualidad y consejos para llevar una vida conforme a la voluntad de Dios.

Estar a los pies del Maestro fue una de sus grandes máximas. Decía: Cuando una persona ya no reza, no hay nada que decir. La oración es insustituible. Lo único que se le puede decir a una persona que ya no ora es que vuelva a orar. Dejar la oración es romper la amistad con nuestro Señor Jesús.

Respecto al punto de hacer las obras de Dios decía lo siguiente: En nuestros esfuerzos apostólicos, no debemos primero tratar de hacer obras para Dios, sino más bien, debemos hacer las obras de Dios. En todo debemos de tratar dediscernir la voluntad de Dios y esforzarnos para ponerla en práctica.

En cuanto a los aspectos que entendía prudente revisar al momento de dirigir a las alma observaba:

Ver si el alma se halla en la verdadera paz. Si no, hay que ayudarla. Animar el  alma a tener un ideal cada día más alto, a no estar satisfecha con el progreso espiritual que ha realizado.

Averiguar cómo va su vida de oración, las dificultades con que tropieza y los resultados que obtiene. Buscar a qué provecho saca de los sacramentos, de la vida litúrgica, de la adoración al Santísimo, del ejercicio de la presencia de Dios. Revisar juntos a su vida, de qué manera practica la renuncia, si por odio al pecado o por amor a alguna virtud. Sintetizando estos puntos, preguntar: ¿Qué vives? En lugar de: ¿Que haces?

Decía que toda criatura esta llamada a la Santidad y que necesitamos ciertas condiciones básicas para entrar en la amistad con Jesús: la conversión y la oración.

 La educación en la oración es la primera tarea de la evangelización.

Hay muchas más enseñanzas del Padre Emiliano en este libro el cual esta disponible en nuestras librerías (católicas y comerciales) haciendo tanto bien en las almas.

Terminamos este breve artículo con esta: El amor en la oración es una determinación en el fondo de mi ser de hacer lo que Dios quiere.

leonor.asilis@codetel.net.do

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