Este próximo 4 de julio se conmemora el 71 aniversario de la muerte del padre Fantino, y su llegada a la casa celestial.
Nacido en Borgo, San Dalmazzo, Italia. A sus 17 años entra en el seminario de la Diócesis de Cuneo, enviado luego en 1892 a Roma, graduándose cuatro años después de doctor en teología y sucesivamente ordenado sacerdote.
Llega a la República Dominicana el 8 de noviembre de 1899, a bordo de la goleta holandesa Leonor.
Desarrolla su apostolado con los más pobres y desamparados, que por siempre serían sus predilectos, en las comunidades de San Pedro de Macorís, Montecristi, Jarabacoa, Salcedo, Constanza, Santiago, Bonao, San Francisco de Macorís, La Vega, Cerro de Fula, y el Santo Cerro.
En agosto 1903 es designado en La Vega, donde realiza importantísimas obras: comienza con una escuela de 20 alumnos, la cual creció rápidamente, por lo que fue trasladada al lugar donde hoy se encuentra el prestigioso colegio Inmaculada Concepción.
En ese mismo año, inaugura el colegio San Sebastían, para educación elemental y básica. Funda además, el asilo y la escuela elemental San Vicente de Paul, donde puso al frente a las Hermanas de la Caridad. En 1927, entrega el colegio y se traslada al Santo Cerro, donde funda el colegio Padre las Casas y establece la orden terciaria franciscana.
La gente lo veneraba como si fuera un profeta, un santo extraordinario. Fue el confesor ordinario de casi todas las monjas de las diferentes órdenes religiosas existentes en el país en esa época.
Desde diferentes localidades, los fieles partían en grupo, a pie, bajo lluvia o sereno, de madrugada para llegar a tiempo a la eucaristía con el padre Fantino.
El hoy Santuario Nacional Nuestra Señora de las Mercedes, fue reparado por él, además, logró el alumbrado, tres aljibes y varios tinacos para agua.
Pasaba a pie, o a caballos de un lugar a otro, predicando, conversando, orando, cantando, y la gente respondía. Muy enfermo fue llevado al hospital de San Pedro de Macorís, ciudad donde 40 años antes, había llegado. Sus restos mortales fueron trasladados a reposar en el Santo Cerro.
Declarado hijo adoptivo de La Vega, ciudad que lo acogió con tanto amor, y donde personas, escuelas, colegios, instituciones públicas y privadas, negocios, son bautizados con sus nombres y/o su apellido.
En 1935, recibe la orden al Mérito de Juan Pablo Duarte. En 1938, el papa Pío XI lo reconoce como Prelado Doméstico, con derecho al uso de monseñor, distinciones a la que él, le restó valor, debido a la gran humildad que le caracterizaba.
El 30 de junio de 1967, se nombra una calle de la importante zona del ensanche Naco de Santo Domingo.
El pasado año, se conformó el Comité Pro-construcción del Museo Padre Fantino, con la finalidad de preservar y exponer sus pertenencias.
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En su honor
El 26 de febrero de 1952, el gobierno crea la nueva provincia de Sánchez Ramírez, estableciendo que la zona de ‘La Piña’, fuese bautizada con el nombre de Fantino, denominación que continúa hasta nuestros días.