El padre Ruquoy pide lo perdonen

El padre Ruquoy pide lo perdonen

POR ODALIS MEJIA  
El sacerdote belga Pedro Ruquoy pidió perdón al pueblo, a las autoridades civiles y religiosas por los problemas ocasionado por la declaración como hijos suyos de  dos niños, de 13 años y  ocho meses, descendientes de haitianos. Explicó que el caso del niño de ocho meses, de nombre Israel, lo rescató del aborto ya que su madre, una refugiada política haitiana, no pretendía continuar con el embarazo porque fue producto de una violación.

Señaló que antes esa situación, le pidió que no lo hiciera porque él asumiría el embarazo y reconocería como suya a la criatura, quien, según narra, nació en el hospital de Tamayo.

“Yo lo salvé del aborto, es mío desde que tenía un mes en la barriga de la mamá, ese es el secreto del niño, yo no entiendo el escándalo de saber como nace el niño”, apuntó.

Dijo que la madre iba a tomarse una sustancia abortiva y como la iglesia católica está en contra el aborto, impidió el hecho.

Lamentó que tenga que divulgar ese secreto ante los cuestionamientos públicos en su contra de parte de algunos sectores de la sociedad.

Con relación al niño de 13 de nombre Luckner, dijo que éste perdió sus familiares en la ríada de  Jimaní, en mayo del 2004, y que al quedar desamparado se quedó a vivir en la casa curial del Batey 5, de Barahona.

Detalló que a principios del pasado mes de agosto, hizo diligencias para que el niño  pudiera ir a la escuela, pero como no tenía documento, la maestra les dijo que no podía aceptarle en las aulas.

“Entonces, decidimos declararlo como hijo nuestro, siguiendo el ejemplo común de cientos y cientos de dominicanos que han declarado como hijos suyos niños a los que, sin ser sus padres biológicos, sólo buscan ayudarles a ellos y a la familia”, explicó.

Al asumir la responsabilidad esta acción, agradeció a las personas que le ayudaron a declarar al niño, porque, afirma,  lo hicieron motivadas por la compasión.

Suplicó que no se haga ninguna acción que lo separe de Israel ni de Luckner, a quien considera como su hijo querido, “un ser que me regaló Dios en medio de una tragedia, solo para recordarnos que el amor por la vida puede darnos fuerzas para seguir adelante”.

Consideró que esos niños no son haitianos porque nacieron en territorio dominicano.

El padre Ruquoy acusó a sectores de un consorcio azucarero de pretender eliminarlo física y moralmente por defender los derechos de los trabajadores  y por las denuncias de maltrato y tráfico de haitianos.

Denunció que debido a la presión a que ha estado sometido, ha tenido que cerrar los servicios de catequesis de la Parroquia San Martín de Porres, que tiene que ver con  los bateyes cañeros del sur, porque hasta en las misas algunas personas que responden a los intereses de los productores azucareros le insultan y le provocan.

En tanto que el abogado de esa parroquia Romeo Reyes Cuevas explicó que aún no han recibido la resolución de la Junta Central Electoral (JCE) que anula las actas de nacimiento de los niños declarados por el padre Ruqouy, tras sostener que no hay argumento jurídico para invalidar esas partidas. 

Apuntó que la junta no tiene derecho de poner en duda la paternidad de una persona que declare a un niño al momento de nacer, tras apuntar que el Centro de Asistencia Legal de la iglesia manejará los casos ante el tribunal.

Señaló que todo es producto de una trama de un consorcio azucarero para desmoralizar al sacerdote ante la opinión pública.

Destacó que aunque los sacerdotes no están facultados para reconocer hijos, acogiéndose al derecho canónico, este instrumento no se le impone a la sociedad que tiene sus reglas distintas a este código.

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