El pago mínimo

El pago mínimo

Ante la lucha sin fin y el viaje en busca de la felicidad, muchos de nosotros confrontamos realidades y acontecimientos que no hacen más que alejarnos cada vez mas de nuestro objetivo. Cansados de esperar y sin dar más que la cuota minina de sacrificio, de amor, de comprensión, nos envuelve en la depresión, desilusión o en el peor de los casos a rendirnos ante la vida.

Según Buda Gautama, “No hay un camino a la felicidad: la felicidad es el camino”. Para Sócrates, “El secreto de la felicidad no se encuentra en la búsqueda de más, sino en el desarrollo de la capacidad para disfrutar de menos”. Nos damos cuenta como las opiniones cambian según la percepción de cada quien, lo que significa que no hay una fórmula para ser feliz, no hay una receta. El regalo de la felicidad dependerá única y exclusivamente de usted. Aquí la pregunta, ¿Qué estamos dispuesto a dar para ello, que estamos aportando a la vida para que la vida nos devuelva eso, estamos sembrando lo que queremos cosechar?

En mi opinión personal, la felicidad no es querer tener grandes logros materiales, es aprender a valorar las pequeñas cosas que Dios nos ha dado. Pero ahí está el problema, nos enfocamos en lo que no tenemos, y terminamos olvidando aquello que sí tenemos; lo que genera una malestar en el alma y una ansiedad que va acabando poco a poco con nuestro existir, porque generamos una deuda con la vida que no somos capaces de pagar, hacemos promesas y acuerdos de pago, pero al final de la jornada nos atrasamos con lo que debemos, no saldamos lo que tomamos prestado, o siempre aportamos solamente la cuota mínima, lo que resulta fatal en la mayoría de los casos.

¿Sabe usted que sucede cuando tiene una tarjeta de crédito o un préstamo con una institución financiera?, aparentemente tiene dinero para gastar, para comprar cosas, para darse ciertos lujos, lo que usted no sabe es que eso no le pertenece, es un producto que tiene que devolver con intereses peso por peso. Cada vez que usted siembra deuda, cosecha pobreza, si gasta lo que prestan y no aporta más que lo mínimo, su deuda crecerá, y crecerá tanto que usted perderá hasta lo que no tiene y sus posibilidades de avanzar se reducirán al máximo. Puede ser víctima de un embargo, puede enfrentar problemas legales lo que afectaría su estado emocional y todos los que lo rodean, les cerraran las puertas, ¿y todo por qué? Simplemente por no retornar lo que tomo prestado, o solo por aportar un mínimo, recuerde que usted recibe lo que da, y si da poco, recibe poco, muchas veces recibe menos de lo poco que da.

 

La responsabilidad de ser feliz, es únicamente suya, recuerde que Dios le dio autoridad de elegir su círculo de amistad, de controlar sus finanzas, de elegir ser empleado, emprendedor, empresario, o de igual manera un bueno para nada, un vago, un delincuente, esos parámetros los puede controlar usted, lo que reciba en retorno es otra historia, eso dependerá de la cuota que usted aporte para ser diferente. Si usted paga sus tarjetas, si tiene sus préstamos al día, y solo usa lo necesario sin exceder lo que usted puede pagar, de seguro dormirá tranquilo, sin ‘’sobresalto’’ de ningún embargo, de ninguna llamada de un cobrador compulsivo o un abogado irrumpiendo su paz. Lo mismo pasa con la vida, si usted sigue los mandamientos de Dios, siembra paz, no exige mas que lo que Dios tiene predestinado para su vida, de seguro recibirá mas de lo que espera.

 

Propóngase ser feliz partiendo de lo que usted posee, haga buen uso de lo poco que usted tiene para poder gozar en plenitud cuando se vea en abundancia. Dios le dará grandes bendiciones cuando usted esté listo para recibirlas, si toma poco prestado pague ese poco que usted tomo, así genera confianza para conseguir más e irá creando una disciplina de honestidad que lo llevará donde usted nunca se ha imaginado. Termino con esta frase, No sea de los pocos que quieren mucho, sea de los muchos que con lo poco que tienen, van por más.