El país, Biden y la apuesta inteligente

El país, Biden y la apuesta inteligente

Guido Gómez Mazara

Con un alto sentido de astucia, pero sin la potencialidad electoral articulada para las aspiraciones del año 2020, el aspirante presidencial contactó a Rudy Giuliani de articulador de su plan de seguridad ciudadana.

Aunque los resultados no fueron favorables en la contienda del 2016, Donald Trump conquistaba la presidencia en los Estados Unidos y el exalcalde de la ciudad de New York tendría un rol estelar en la gestión republicana.

Pasó el tiempo, y cuando los ajetreos de extensión y la sed de perpetuación tomaban curso en el Congreso Nacional, Mike Pompeo hizo una llamada sin precedentes en la historia política que, cristalizó la influencia de un secretario de Estado, cortándole la cabeza al burlesco intento de Danilo Medina.

Podría no entenderse, eso sí, la inexistencia de un cuerpo ideológico en el debate de las ideas provoca acercamientos impensables en tiempos de guerra fría porque la proximidad lógica se establecía alrededor de gobiernos liberales en el continente con el partido demócrata.

Ahora, el sentido del pragmatismo explica cercanías tan extrañas como Andrés Manuel López Obrador y la administración Trump. Afortunadamente, ganó Joe Biden, y todos pensamos que el sentido de racionalidad política volverá a la Casa Blanca y los gobiernos en todo el continente tendrán que interpretar sus relaciones por vías institucionales y no dependiendo del humor de Donald Trump.

La intuición me indica que la administración Abinader tendrá que impulsar y/o leer con efectividad los movimientos en Washington.

En esencia, la cancillería estadounidense tendrá una persona con las destrezas y formación para devolverle a la diplomacia un ritmo institucional debido a que el nuevo gobernante tiene en su hoja de vida una larga experiencia como cabeza del área de relaciones exteriores en su estadía en el Senado.

Por eso, el estilo Pompeo, propio de un hombre que venía de los aparatos de inteligencia del gobierno deberá sustituirse dándole paso a criterios menos agresivos y acordes con impulsar vientos democráticos en la región, sin olvidar que el tema de Venezuela seguirá como prioridad en las relaciones con América Latina.

Libra por libra, la persona con raíces dominicanas mejor conectada con el candidato ganador Joe Biden es Adriano Espaillat. Representa el distrito 13 de la ciudad de New York y desde el año 2017 llegó a la Cámara de Representantes con un enorme conocimiento de la realidad de la diáspora y con bastante vocación para construir puentes entre la realidad de su lar nativo y la sociedad que lo observó en su crecimiento y desarrollo. Tom Pérez preside el partido victorioso en la pasada contienda estadounidense, pero no preserva las relaciones con la comunidad dominicana con los niveles de entendimiento, aunque su rol será estelar en el esquema de una nueva administración.

Desde aquí, no terminamos de entender la realidad de la diáspora y los niveles de empoderamiento y la potencialidad política que se deriva de un ordenamiento administrativo en capacidad de trascender la histórica visión prejuiciada respecto de, los hermanos que salieron en busca de nuevos horizontes y nunca renunciaron a los latidos de un corazón que siente y padece las urgencias del país originario.

Así como la tradicional vocación de las políticas sociales y económicas del partido demócrata andan cerca de las minorías, los dominicanos estamos colindantes con grupos étnicos que nos sienten afines y que sus luchas y reclamos por espacios de participación encontraron en los quisqueyanos aliados fundamentales, inclusive la expansión en el mapa político estadounidense de representantes con origen dominicano es entendible porque la agenda inclusiva los hizo visibles.

Desde que Guillermo Linares, en los años 90, envió el mensaje de la factibilidad en la participación política, los dominicanos avanzan de manera considerable y lo de Adriano Espaillat es una muestra suficiente de las potencialidades. Y ahora, lo inteligente es que la administración Abinader impulse todos los esfuerzos para que ellos (el liderazgo de origen dominicano establecido en USA) traduzcan efectivamente en las instancias de poder las urgencias para hacer más efectivo un modelo democrático que, como el nuestro, exhibe falencias lamentables.