El país donde las iglesias evangélicas compiten con las católicas

El país donde las iglesias evangélicas compiten con las católicas

LUANDA. AFP. Las Iglesias evangélicas son cada vez más influyentes en Angola, donde ofrecen consuelo y prometen prosperidad a los desheredados en un país en vías de desarrollo cuya riqueza petrolera sólo beneficia a una minoría. Una velada de Año Nuevo en un estadio de Luanda terminó en una trágica estampida que dejó 16 muertos entre los fieles.

Esto condujo al gobierno a suspender a la Iglesia de origen brasileño que organizó dicho servicio religioso. «Nuestros detractores son personas opuestas a la religión en general, que tienen prejuicios sobre la Iglesia.

Nosotros les pedimos que respeten la libertad de culto inscrita en la Constitución angoleña», sostiene Joao Antonio Bartolomeu, uno de los dirigentes de la Iglesia Universal del Reino de Dios.

Este movimiento, que llegó de Brasil, reivindica unos 400 mil fieles en Angola y congregó a cerca de 150 mil en un estadio de Luanda previsto para 80 mil durante una velada de plegaria el 31 de diciembre pasado. La afluencia provocó una avalancha humana, desencadenando una gran conmoción en el país.

El gobierno, que señaló graves negligencias en la organización de este acontecimiento, suspendió a ese movimiento durante 60 días, junto con otras seis iglesias pentecostales cuyas prácticas son similares a las del movimiento brasileño.

Aunque muchos de los 20 millones de habitantes se declaran católicos -una herencia de la colonización-, esas iglesias evangélicas atraen a cientos de miles de fieles y construyen catedrales gigantescas. Esta evolución ya se constató en América Latina.

«Las iglesias recientes, como las pentecostales, son las que tienen más éxito, porque asocian el desarrollo espiritual y la prosperidad personal», explicó José Evaristo Abias, pastor y profesor del Instituto Teológico superior de Lubango, en el sur de Angola.

En su prédica, los sacerdotes aseguran a los feligreses que la riqueza es un don de Dios, que tiene lugar cuando los creyentes trabajan en su desarrollo personal, espiritual y social. Este discurso entusiasma a una población angoleña poco educada, cuya mayoría sigue viviendo con menos de 2 dólares diarios, a pesar de la fuerte tasa de crecimiento de los diez últimos años.

Otro movimiento evangélico, la Iglesia Nuestro Señor Jesucristo en el Mundo, se atribuye unos 800 mil fieles en Angola, donde nació.

En agosto pasado inauguró una gigantesca catedral, símbolo de su éxito, que puede albergar a cerca de 20 mil personas en un barrio popular de Luanda.

«Nosotros proponemos varios cultos por semana, cursos, y realizamos acciones sociales en los barrios destinados a los jóvenes, los niños y las mujeres», explicó el pastor Antonio Domigos Cabral, miembro de la dirección.

Algunas de estas iglesias cuentan entre sus miembros con personalidades políticas de primera línea.

Esos movimientos evangélicos surgidos del protestantismo ganan terreno ante una Iglesia católica envejecida, que parece alejada de las preocupaciones de la población y tiene dificultades para conservar su antigua influencia con respecto al poder político.

«Esas Iglesias atraen porque prometen mucho. Pero también crean muchos decepcionados, y cuando las promesas no se realizan, la gente vuelve a nuestras iglesias», asegura el sacerdote católico Queiros Figueira, de la diócesis de Viana, un barrio al sudeste de Luanda.

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