El país en el laberinto de sus dilemas (1)

El país en el laberinto de sus dilemas (1)

El bloque político que controla los principales poderes del Estado y la oposición, en su amplio abanico, tienen ante sí el problema de definir sus candidaturas para las próximas elecciones. El primero debe decidir con cuál de sus dos principales facciones seguirá gobernando y la segunda se debate sobre cómo y a quién y quienes escoger para encabezar un proyecto de poder y de sociedad alternativo. La solución de esos dilemas será determinante para el futuro inmediato del país.

El partido de gobierno, una poderosa corporación económico/política, tiene clara su vocación continuista en tanto corporación, tiene claro su proyecto de poder y a pesar de estar inmerso en el dilema de cómo echar adelante ese proyecto y cuál de las dos facciones principales será hegemónica en ese andar, las posibilidades de resolver sus problemas lucen más claras que las de la oposición.

El presidente Medina tiene poco tiempo para resolver ese dilema y miembros de su grupo, junto a prominentes allegados, le conminan a que se reelija para mantener su facción al frente de la cosa pública y alejar el amenazante fantasma del ex presidente Fernández. Ellos y analistas independientes plantean que la única manera de conjurar ese fantasma es a través de la reelección de Medina. Sin embargo, necesariamente, esa no es la única salida.

Este puede mantener su grupo en el poder, apostando a una figura de su entorno, puede vencer a Fernández sin que, desdiciéndose, asuma el evitable trauma de la aventura reeleccionista, hipotecando con ella los casi dos años que les quedan de poder. El hecho de tener el control de los recursos del Gobierno y la mayoría en las instancias partidarias determinantes hacen que en última instancia pueda derrotar a un Fernández que sabe que no podrá ser gobierno con la oposición de Medina, lo sabe mejor que nadie pues para hacer presidente a este último tuvo que desfondar la economía del país.

Fernández no puede ser presidente sin el apoyo de Medina y éste puede mantener su facción en el poder sin un Leonel que relativamente debilitado como está, difícilmente puede enfrentarlo. Además, si a Medina le costó tanto sufrimiento y humillación alcanzar el gobierno y el control del partido, porqué devolvérselo a su adversario?, que además de eso, dado sus problemas de imagen, no constituye una vía segura para mantener la corporación en el poder. El desenlace del proceso que se le sigue al Secretario de Organización/delfín leonelista, despejará el dilema de cómo y con quién podría mantenerse ese poder.

La madeja de ese proceso no termina su ligadura, sus hilos los tejen gente de aquí (del gobierno) y de fuera… igualmente, hasta ahora resulta difícil saber cómo podrá desmontarse ese proceso y más difícil aún: que se haga sin que eso no constituya otro agravio para el Ministerio Público y sobre todo para Medina; asimismo para quienes desde fuera han sido reiterativos en declaraciones de apoya al Ministerio Público.

Esta circunstancia viabiliza una opción del danilismo para mantener el poder peledeísta, sin que necesariamente eso dependa de las inciertas posibilidades de Fernández ni de una traumática reelección de Medina.

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